Este jueves marcó el inicio de la inspección de la planta nuclear de Zaporiyia por parte de especialistas del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en una labor que se espera se extienda al menos hasta el domingo.
Al respecto, Rafael Grossi, jefe de este organismo, dijo a medios que “la integridad física de la planta fue violada en varias ocasiones”, aunque admitió que aun no cuentan con elementos de evaluación. “Tenemos mucho trabajo para analizar ciertos aspectos técnicos”, señaló.
A lo largo de las últimas semanas, la central ha recibido algunos ataques que han encendido las alarmas sobre un posible accidente nuclear, y en este sentido, Grossi elogió al personal ucraniano que sigue trabajando en la central bajo control ruso desde marzo.
En respuesta, el Ministerio ruso de Defensa aseguró que decenas de “saboteadores” del ejército ucraniano habían cruzado en embarcaciones el río Dniéper, que separa sus posiciones, a tres kilómetros al noreste de la central, e indicó que había tomado “medidas para destruir al enemigo”.
La inspección fue llevada a cabo por una misión de 14 miembros, que llegaron al lugar tras un riesgoso cruce de la línea de frente y poco después de nuevos bombardeos en el área.
En el ámbito bélico, la milicia rusa podría estar enfrentando problemas. Según un informe del gobierno de Estados Unidos, Rusia enfrenta una escasez “grave” de personal militar que podría incluso obligar a sus soldados heridos a volver al frente, además de usar personal de empresas de seguridad privadas. Se trata de un reporte basado en inteligencia que fue confirmado a CNN por dos funcionarios estadounidenses.
A dos días del fallecimiento de Mijaíl Gorbachov, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció a medios de comunicación que no asistirá al funeral que se realizará este sábado debido a “horario de trabajo”, tal como lo comunicó Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin. El funcionario agregó que Putin visitó este jueves el Hospital Clínico Central para presentar sus respetos a Gorbachov y depositar flores en su ataúd.
Medios de comunicación informaron que el mandatario viajó al enclave ruso de Kaliningrado, ubicado entre países miembros de la OTAN y centro de tensiones entre Moscú y los países occidentales, en donde visitó una escuela y convivió con los alumnos.
