Puede sonar raro, pero generar alimentos sin intervención de la agricultura es una posibilidad relevante para contribuir a la salud planetaria, al menos eso es lo que propone un equipo de investigación que sugiere empezar por la síntesis de ciertas grasas comestibles para eliminar, por ejemplo, los cultivos de palma aceitera.
En el estudio que publicaron ayer en la revista Nature Sustainability, el equipo encabezado por Steven Davis de la Universidad de California en Irvine utiliza las mismas materias primas que utilizan las plantas, hidrógeno del agua y dióxido de carbono del aire, para elaborar grasas comestibles.
La creación de “estos ‘alimentos sin granja’ podrían evitar enormes cantidades de emisiones que calientan el clima y al mismo tiempo salvaguardar tierras biodiversas que de otro modo podrían ser taladas para granjas”, señala Davis en un comunicado de prensa.
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Cabe añadir que, aunque también pueda sonar raro, las prácticas de uso de la tierra asociadas con los cultivos representan aproximadamente una cuarta parte de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Uno de los cultivos que destaca en ese sentido, sobre todo por la gran cantidad de bosques que se talan para dar lugar a las plantaciones, es el de palma aceitera, cuya oleína se utilizan para elaborar industrialmente galletas, papas fritas, pan y otros productos.
La principal dificultad para sustituir la oleína natural por una artificial no estaría en la síntesis química, sino en que la gente acepte comerse algo generado de un reactor cercano y no en una plantación en Indonesia o Brasil.
“A pocas personas les importa dónde se originan los electrones en nuestro enchufe de pared, pero a muchas les importa mucho de dónde provienen sus alimentos”, dice Davis, pero considera que actualmente la gente no sabe, ni le importa, qué tipo de grasa que contienen muchos alimentos comprados en la tienda, por lo que quizá no les parezca relevante la sustitución.
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