Un grupo armado, presuntamente integrado por personas originarias de Colombia, asentados en el municipio de Santa María del Oro, Jalisco, amenazó de muerte al sacerdote José Luis Segura Barragán, integrante de la diócesis de Apatzingán, quien asegura que ha sido víctima del crimen organizado, por lo que ha criticado la estrategia de “abrazos, no balazos” del presidente Andrés Manuel López Obrador.
A través de una carta dirigida al titular de la Fiscalía General de la República, así como al fiscal general de Jalisco, el padre Segura denunció que fue el viernes 22 de julio cuando nueve personas armadas lo amenazaron durante la misa que oficiaba en la capilla de Zipoco, una localidad de apenas 93 habitantes, perteneciente a una de las zonas donde mantiene una fuerte presencia el cártel Jalisco Nueva Generación.
En su escrito, el presbítero detalló a las autoridades que un hombre de unos 35 años, aparentemente el líder del grupo que lo amedrentó, “fue quien dijo en voz alta, como para que todas las personas presentes se enteraran, entre otras cosas, que querían hablar conmigo, que él y su grupo controlaban esas tierras y que son originarios de Colombia”.
En las últimas semanas esa zona limítrofe entre Jalisco y Michoacán ha sido foco de hechos violentos, como fue el rapto y asesinato de cuatro policías municipales de Santa María del Oro, ocurrido a inicios del mes pasado.
El presbítero aseguró que el obispo Cristóbal Ascencio García, así como como la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), están al tanto del hecho ocurrido el viernes pasado.
Segura Barragán declaró que diversas personas le han ofrecido “movilizar sus recursos” y solicitar su retorno a Michoacán, pero dijo que no lo hará, pues hacerlo “socavaría la fortaleza espiritual de la Iglesia católica e incumpliría la vocación religiosa al que he consagrado mi vida presente y mi vida eterna”.
En ese sentido, el cura hizo una llamado a las autoridades estatales y federales, y particularmente al fiscal general Alejandro Gertz, así como al fiscal de Jalisco, Luis Joaquín Méndez Ruiz, para que “tomen todas las acciones pertinentes para el resguardo de las garantías individuales”.
De acuerdo con el seguimiento del Centro Católico Multimedial, en lo que va de la actual administración suman ya siete sacerdotes asesinados, y un mismo número de agresiones armadas, siendo el del sacerdote Felipe Vélez Jiménez, ocurrido el 28 de julio en Chilapa, Guerrero el caso más reciente.
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