Tras la inspección que personal del Grupo Aeroportuario del Pacífico llevó a cabo hace unas semanas para adquirir el Aeropuerto Internacional de Toluca (AIT), las cosas se pusieron color de hormiga.
Irregularidades administrativas, litigios laborales y civiles activos, falta de regulación en terrenos propiedad del AIT y ausencia de contratos de arrendadores fueron algunos puntos que prendieron las alertas.
Pero, el mayor foco rojo, dicen los que saben, surgió cuando se identificó la falta de certificados y acreditaciones del director de Operaciones, José Olmedo Franco, quien es el responsable nada más y nada menos, que de la seguridad del aeropuerto, operaciones y pistas. Todo, arropado por el actual director general. Ante tantas anomalías, las negociaciones se pararon, no así las demandas contra quienes resulten responsables.