De manera inédita, el Proyecto de Estado de Derecho en los Conflictos Armados (RULAC) clasificó la violencia armada causada por los cárteles de la droga en México como “Conflictos Armados No Internacionales (CANI) en curso”, una categoría que también se le asigna a conflictos como los registrados en Colombia, Siria o Myanmar.
“Este fue el único caso en RULAC en el que la violencia armada que involucraba a cárteles de la droga —particularmente el Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el de Sinaloa— se consideró equivalente a CANI”, señaló Chiara Redaelli, investigadora de la Academia de Ginebra.
De acuerdo con los estándares del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), dicha clasificación implica que, con base en los niveles de violencia y organización de los cárteles, en los enfrentamientos entre ellos, así como contra las fuerzas de seguridad del gobierno se aplica el derecho internacional humanitario (DIH), además del derecho internacional de los derechos humanos.
“Un conflicto armado no internacional (o interno) se refiere a una situación de violencia en la que tienen lugar, en el territorio de un Estado, enfrentamientos armados prolongados entre fuerzas gubernamentales y uno o más grupos armados organizados, o entre grupos de ese tipo”, indican los parámetros de la CICR.
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El proyecto RULAC enfatiza en que la desclasificación de los choques armados contra el CJNG y el cártel de Sinaloa, consideradas las dos organizaciones criminales trasnacionales más poderosas y peligrosas en el país, está lejos de implicar una reducción en los índices de violencia o la cantidad de víctimas.
“Si bien la violencia armada entre el gobierno y los cárteles de la droga, así como entre los mismos cárteles, sigue siendo alta, se ha vuelto cada vez más difícil atribuir estos casos de violencia y enfrentamientos a grupos armados específicos. Como no podemos atribuir estos actos de violencia a un cártel específico, no podemos concluir que se cumple el requisito de intensidad de violencia y, por lo tanto, concluir con certeza que estos tres conflictos armados no internacionales aún están en curso”, señaló Redaelli.
Similar al caso de México, actualmente la CICR considera al menos seis conflictos armados internos vigentes en Colombia, entre los que destacan los choques entre el Estado contra el Ejército de Liberación Nacional (ELN); contra las Autodefensas Gaitanistas de Colombia; así como la disputa armada que se mantiene contra las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que no se acogieron al Acuerdo de Paz de septiembre de 2016.
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