Cincuenta años después, el problema es más grande

29 de Noviembre de 2024

Cincuenta años después, el problema es más grande

Bajo la premisa de la lucha contra los cárteles del narcotráfico y los grupos guerrilleros catalogados como terroristas, la presencia de las agencias estadounidenses en Colombia ha sido directa y permanente, un oficial del Ejército colombiano que conoce de esta relación simbiótica escribe sobre los resultados y su fracaso

René Castillo Charry *

La relación entre Colombia y Estados Unidos ha sido simbiótica. Históricamente sólo ha habido una intervención directa, el resto es considerada por los colombianos como una muy estrecha colaboración necesaria e importante, pero después de 20 años poco efectiva.

En 1903, Estados Unidos interfirió en los intereses colombianos. Lo hizo entonces para promover la independencia de Panamá, hecho triste que se recuerda en los textos de historia, porque para quienes no lo sepan, Panamá fue un estado colombiano hasta ese año.

›El gobierno estadounidense convenció al panameño de separarse de Colombia a cambio de concluir con la obra del Canal, el cual posteriormente administrarían y controlarían 97 años hasta el año 2000, cuando el gobierno de la Unión Americana se los devolvió a los panameños para que lo administraran y controlaran en su totalidad.

Esa es la única forma de intervención directa de Estados Unidos hacia Colombia. Pero a lo largo de la historia, la relación mejoró sustancialmente, pues Colombia tiene una posición geopolítica y estratégica envidiable.

A partir de la historia moderna, la relación con el gobierno estadounidense ha sido muy estrecha; no solamente en materia comercial o política, sino también de seguridad, pues es bien sabido que Colombia es el principal productor de coca en el mundo y la población de la Unión Americana es la mayor consumidora en el mundo.

Lo anterior, sin dejar de considerar que Colombia también tiene a los grupos de narcoguerrillas más antiguos del planeta con un afán incesante de expandir sus teorías y tesis desestabilizadoras y contrarias a un orden democrático y de paz que, de lograrlo, quedarían sembrados en una región que es el jardín de Estados Unidos.

Los flagelos de la droga y las narcoguerrillas han marcado la intensidad de la cooperación entre Colombia y Estados Unidos, pues se requiere de muchos recursos y mucha voluntad para combatir dichos fenómenos.

En el léxico de los organismos de seguridad y fuerzas militares no existe la palabra intervención de los estadounidenses en Colombia, pues siempre se ha hablado de cooperación.

La principal forma de cooperación ha sido en equipo, armamento, tecnología y recursos económicos, pues como escribía anteriormente, combatir estos dos flagelos es muy costoso, no sólo económicamente, sino en pérdida de vidas.

›Esta colaboración se oficializó con el Plan Colombia en 1999. Aunque 30 años atrás existían acuerdos de cooperación entre las fuerzas militares de ambos países, fue a partir del Plan Colombia que esta cooperación fue abiertay pública.

El mayor beneficio fue contar con recursos económicos y técnicos para enfrentar a los grupos de narcotráfico y denominar a los grupos guerrilleros narcoterroristas para que fueran incluidos en las listas de terroristas. Dentro de los convenios de colaboración los americanos se entrenan en Colombia y todos los grupos de oficiales y suboficiales colombianos acuden a cursos especiales en Estados Unidos, dependiendo de la especialidad de cada elemento. Es una relación simbiótica.

Pero a 20 años de distancia de esta abierta cooperación, no hay ningún beneficio a largo plazo. Nos seguimos matando y seguimos siendo el principal productor de coca y Estados Unidos el principal consumidor.

Es así, que las cuentas de lo gastado económicamente y de lo sacrificado en vidas a lo largo de 50 años de una lucha fratricida y sin cuartel debería hacernos replantear si ya es tiempo de legalizar las drogas, pues en todos esos años hemos aprendido que el problema de los enervantes, principal combustible de las guerrillas, no se acaba con estrategias militares. Hoy el problema es mas grande que hace 50 años.

*Exoficial del Ejército colombiano, actual consultor interamericano de Seguridad (www.lincesr.com)