La primera vez que Chris Rock participó como anfitrión de los Oscar fue en el 2005, año en que cuatro actores afroamericanos fueron nominados: Morgan Freeman, Don Cheadle, Sophie Okonedo y Jamie Foxx (¡por partida doble!); y no pasaron desapercibidos.
"¡Es como el Def Oscar Jam!”, exclamó Rock en referencia al sello discográfico de Hip-Hop Def Jam.
La historia será un poquito diferente esta ocasión.
Cuando Rock suba al escenario del Teatro Dolby el 28 de febrero, no tendrá ante él a ningún actor afroestadounidense nominado. Será recibido por un Hollywood acosado por una crisis de diversidad que ha llevado a la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas a reescribir los reglamentos de su membresía e incluso a súplicas para que el mismo Rock se retire como maestro de ceremonias.
En medio del escándalo, Rock asoma en el horizonte como el Día del Juicio Final. Pero no está claro qué le espera esa noche a la Academia y a Hollywood. ¿Un ajuste de cuentas? ¿Catarsis? ¿Risas incómodas?
Probablemente todas las anteriores.
Lo cierto es que las circunstancias han colocado a uno de los comentaristas más perceptivos y afilados de Estados Unidos en el ojo de una tormenta que nadie podría enfrentar mejor. Podría afirmarse que ningún monólogo de apertura de los Premios de la Academia ha sido más esperado. El foco de los Oscar no estará en nadie —ni en Leonardo DiCaprio ni en Jennifer Lawrence— tanto como en Rock.
“Este podría ser un momento decisivo para Chris Rock”, dijo Cheadle a The Associated Press. “Y espero que lo sea”.
Cheadle no es el único que piensa así. La agitación que ha envuelto a los Premios de la Academia por nominar solo a actores blancos por segundo año consecutivo ha llevado a opinar sobre el asunto a todos, desde Spike Lee hasta George Clooney.
Pero pese a los constantes reclamos, y las cámaras de TMZ que lo persiguieron afuera de un club de comedia el fin de semana, Rock se ha mantenido mudo. Más allá de un tuit en el que reveló su primera foto promocional para el espectáculo y se refirió a los Oscar como “los Premios BET Blancos”, no ha dicho una sola palabra.