La gran integración comercial del bloque de Norteamérica y los problemas derivados de la crisis sanitaria de la Covid-19, en 2020, prendieron las alertas en Estados Unidos por considerar que China tenía un control avasallador sobre la economía de la región y del mundo. Tan era así, que de ahí se desprendió una crisis en el suministro de chips y de logística en medio de la pandemia que era empujada por los estímulos económicos en países desarrollados, que llevaron a los hogares a dar un boom en la demanda de mercancías a escala global.
›De 2020 a 2022, las administraciones del expresidente Donald Trump y del presidente Joe Biden, han catalogado más enérgicamente a China como una amenaza al comercio y economía global.
Estados Unidos ha acusado al gobierno de Xi Jinping de penetrar y extender sus redes diplomáticas y económicas sobre América Latina y el Caribe, aunque es entendible que esos países hayan cedido ante el gigante asiático ya que es un proveedor de mercancías intermedias para fabricar artículos de uso final de mayor valor, lo que ha permitido que permee en las economías de la región que en su mayoría dependen de escuetas exportaciones que principalmente son adquiridas por Estados Unidos o parte de la Unión Europea y que significan entrada de divisas.
Según el Congreso de Estados Unidos, China ya firmó varios acuerdos bilaterales con Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, México, Perú y Venezuela, lo que se traduce en apoyos de estos países hacia el país asiático en foros internacionales, que para la Casa Blanca es una clara estrategia para reducir el dominio de su país.
México también en China, una amenaza
México firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el cual entró en vigor en 1994, convirtiendo, con el transcurso del tiempo, al bloque de Norteamérica en uno de los más importantes del mundo, no obstante, China se ha beneficiado de este importante acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá.
China ha surtido desde hace un cuarto de siglo de componentes intermedios para la fabricación de productos en México que Estados Unidos demanda, es decir, el país de Asia se ha aprovechado de la poca tecnificación que existía en nuestro país y logró “integrarse” a un tratado en el que no aparece su nombre, pero sí el beneficio.
Según el presidente Andrés Manuel López Obrador, el bloque económico de América del Norte debe extender su fuerza a toda la región de América, dado que de no hacerse, China tendrá una gran influencia económica sobre México y el resto del continente y un peligro latente de una guerra.
Recientemente, en una visita a Tabasco, su tierra natal, el mandatario mexicano señaló que el T-MEC debe fortalecerse, ya que de no hacerlo, China y Asia terminarán dominando el mercado mundial. Reconoció que México se ha beneficiado del T-MEC y por ello se ha incrementado la inversión extranjera directa (IED), lo que se le ha llamado el nearshoring.
Sin embargo, destacó que de no impulsarse la actividad productiva de América del Norte habrá un desequilibrio comercial, lo que podría traer graves consecuencias, ya que cree que ese problema se resolvería por medio de la guerra.
“Si no se impulsa la actividad productiva en América del Norte, Asia y en particular China van a terminar dominando el mercado mundial, y esto no es conveniente. Porque es un desequilibrio, (...) que se buscaría remontarse o resolverse con el uso de la fuerza, con lo bélico”, señaló el presidente López Obrador.
Infiltrado con poder
Poco a poco, el dragón asiático ha ido introduciéndose en asuntos y organismos, entre los esfuerzos diplomáticos de la administración de Xi Jinping está el integrarse como observador de la Organización de los Estados Americanos, así como de ser miembro del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y del Banco de Desarrollo del Caribe, organismos de poder económico. Según el gobierno de Estados Unidos, entre sus estrategias que usó para poder “obligar” a tener un voto de confianza, se encuentra que durante la crisis sanitaria, China donó una gran cantidad de vacunas a América Latina y el Caribe.
El documento del Congreso de Estados Unidos asegura que China tiene intenciones de hacer un intercambio de tecnología, comercio, así como militar, con los países de la región latinoamericana. También advierte que entre los objetivos que tienen las acciones de la gestión de Xi está el de aislar a Taiwán, y sería una manera de debilitar la influencia estadounidense y desequilibrar el comercio.
La revista estadounidense Times, enlistó a los 10 mayores riesgos que tendrá el mundo este año, y al gobierno de Xi Jinping lo colocó como la segunda amenaza global, solo después de la guerra de Putin, considerando el daño que ha provocado a la economía la inflación que se desató desde Euroasia y los problemas latentes de geopolítica entre Rusia y Ucrania.
Xi tiene un creciente poderío sobre su nación, pero también sobre aquellos países a los que ha beneficiado su comercio y suministros.
Como ejemplo del daño que puede provocar Xi Jinping, se puede mencionar las medidas sanitarias que impuso a poblados para contener la propagación de la Covid-19 en 2022, lo que repercutió en el desempeño económico global, y por ahora ha causado que se desaceleren las cadenas productivas y por consecuencia detenido la expansión y abonado a las altas probabilidades de una mayor recesión para el mundo en este año que inicia.
Las amenazas de una invasión a Taiwán y su negación a reconocerlo como una nación independiente mantiene en vilo a los países que han integrado sus cadenas de valor con Asia, ya que de detonar un conflicto bélico la economía global podría pasar por un lapso similar al de la crisis sanitaria, han advertido analistas económicos. Taiwán es el principal productor de semiconductores o chips en el mundo, y casi todas las empresas del planeta que fabrican productos de tecnología dependen de él, así como gran parte de las cadenas de comercio minorista.
Poderío monetario y energético
Para Estados Unidos la amenaza de China no solo es en lo comercial y económico, sino en lo monetario y energético, ya que analistas de Credit Suisse mencionan el surgimiento del petroyuan, una moneda que competiría con el petrodólar.
El acaparamiento de oro por parte de China que ha llevado por años será en parte el respaldo para una moneda que desbanque a la divisa estadounidense. Verdad o no, el dólar ya no era tan fuerte como se esperaba en este último año. La inflación y los golpes en su economía debido a la dependencia de mercancías intermedias provenientes de Asia, le restaron fuerza a Estados Unidos, lo que ha puesto nerviosa a la administración del presidente Biden. Para muestra, el rublo ruso, tras las miles de sanciones económicas que recibió Rusia por haber invadido a Ucrania en febrero de 2022 se desvanecieron pese a que los castigos no se levantaron para la nación euroasiática y continúan vigentes.
La moneda rusa cayó a un mínimo histórico frente al dólar; sin embargo, la respuesta en los suministros de petróleo y una estrategia financiera de Rusia demostró que el dólar no era tan fuerte como se pensaba. Pese al gris episodio del año pasado que se ha extendido a casi un año en Ucrania, el rublo terminó como la cuarta moneda que venció al dólar en 2022 al haberse apreciado en el año 4 %.
Como dato extra, solo cuatro divisas pudieron apreciarse sobre el dólar: el peso mexicano, el real brasileño, el sol peruano y el rublo ruso.
Estados Unidos tiene muy en claro que China es un enemigo silencioso, y el presidente Biden en cada oportunidad menciona que los lazos comerciales y diplomáticos con ese país no están bien, y que China está dañando su economía, la seguridad de Estados Unidos y del mundo.
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