02lleon@ejecentral.com.mx Militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) acusan la falta de liderazgo de su dirigente nacional, Enrique Ochoa Reza, de imponer a sus amigos en candidaturas y cargos partidistas, pero sobre todo de maltrato. Esas fueron las mismas razones que convencieron al senador Miguel Ángel Chico Herrera de abandonar sus 40 años de militancia, llevarse con él a sus activos y su operación electoral a favor de Morena.
Yo he escuchado que lo mismo está sucediendo en otras partes del país. Lo he escuchado, leído, con algunos amigos de esos estados. Yo sí le podría decir que el priismo no ve como un líder auténtico a Enrique Ochoa”, soltó el legislador que tiene más de dos semanas fuera del PRI.
El trabajo de Chico Herrera comenzó en Guanajuato, sexto padrón en importancia para ganar una elección. La situación es de tal gravedad para el PRI, sostiene Chico Herrera, porque el desdén a entidades como Guanajuato o Chiapas se suman al capital electoral de otros partidos, aunado al de otras entidades donde el priismo tiene disminuida su presencia. Lo que pasa en uno y otro estados es lo mismo, asegura: “Sí, si tienen parangón de un muy mal manejo político, de esta escasa operación política, son distintos, pero el PRI descuidó la sexta entidad federativa y la séptima en número de votos del padrón electoral. Guanajuato y Chiapas son la sexta y la séptima, y si le agregamos que no son gobierno en la Ciudad de México, no son gobierno en Jalisco, Veracruz, en Puebla (tercero, cuarto y quinto lugar, respectivamente, por la cantidad de electores registrados)”.
›Detrás de Guanajuato se ubicarían, por orden de importancia y por número de votos: Nuevo León, Chiapas, Michoacán, Oaxaca, Chihuahua; Tamaulipas, Baja California, Guerrero y Sinaloa, estados que concentran de tres a dos millones de electores cada uno, y donde el PRI tiene problemas en, al menos, seis de ellos.
Ante este escenario, el PRI de Ochoa podría haberle regalado a Morena la victoria en las próximas elecciones sin que sea consciente de ello, sostuvo. El desdén que Chico Herrera sintió hacia su trabajo de más de dos décadas, quien junto con Francisco Arroyo Vieyra encabezaba las corrientes disidentes del PRI guanajuatense desde hace tres años, a través de sus casas de gestión social en la capital de Guanajuato y en Celaya, servirán para la promoción del voto de Morena. Algo similar ocurrió con otros liderazgos que abandonaron el partido tricolor. La explicación para el senador es simple: Ochoa Reza “es tecnócrata y no es político, y yo siento que desprecia la política, y eso lo lleva a no tener relación con los priistas”. La selección de los candidatos a cargos populares se está decidiendo “por amiguismo por parte del presidente Enrique Ochoa, sin respetar, en el caso de Guanajuato y el mío, no valoraron que estaba yo en primer lugar en las encuestas, un expediente limpio, honesto. Apoyan una candidatura con el cuarto lugar en las encuestas, manchado con presuntos casos de corrupción”. Estas determinaciones tomadas desde el centro, añadió, han provocado que el candidato del PRI para la gubernatura guanajuatense, Gerardo Sánchez García, se ubiqué en un lejano tercer lugar en las preferencias, detrás del frente PAN-PRD y de la alianza entre Morena-PT-PES. Aunque reconoce que la relación con Ochoa Reza siempre fue distante y que nunca hubo química, “él no entendió mi capital político, no entendió mi militancia, no entendió el cargo que tengo como senador de la república”, aseguró. Como si hubiera sido presa de un head hunter, Chico Herrera representa una ventaja cualitativa por la currícula que le ofrece el legislador a Morena en Guanajuato, donde la presencia de Andrés Manuel López Obrador es limitada y podría catalogarse como un logro del coordinador de la campaña de Morena en esa circunscripción, Ricardo Monreal.
Este personaje, que desde muy joven se afilió al PRI, fue presidente de la Confederación Parlamentaria de Las Américas (Copa) y se le atribuye la paternidad de la comisión de migración a nivel continente. Como legislador, presentó iniciativas para el endurecimiento de las penas contra el robo de hidrocarburos y calificarlo como delito grave e impulsó el mando único policial. Avaló la iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto para crear la Secretaría de Cultura, presentó una iniciativa de reforma constitucional para eliminar 100 diputados federales de representación proporcional y suprimir a 32 senadores de lista nacional, y ha sido promotor incansable de la justicia laboral. Chico Herrera comparó la situación que vivió el partido durante 2006 con la que expreimentará después del 2 de julio próximo, cuando los militantes tricolores tendrán que ir reconstruyendo al partido, “porque el panorama no será nada favorable, porque hoy por hoy, al menos en Guanajuato, hay un PRI desgastado y una candidatura débil representarán la caída del partido en la entidad”.
¿sabías que? En la carta de renuncia al PRI, dirigida a Enrique Ochoa, el legislador guanajuatense le reprochó la falta de diálogo y la negociación del partido.
El éxodo
Hasta ahora, 13 escaños en el Congreso han dejado sus partidos de origen para conformar la bancada de Morena. Pero el senador Zoé Robledo sostiene que hasta el momento van 21 legisladores en el Senado y 50 en la Cámara de Diputados que dejaron sus partidos o grupos parlamentarios para apoyar a López Obrador. En la lista se suman ya las legisladoras panistas José María Martínez y Gabriela Cuevas, quienes abandonaron las filas blanquiazules después de más de dos décadas de militancia. Lo mismo hizo Fernando Mayans Canabal, porque no lo consideró el PRD como candidato al gobierno de Tabasco, por ejemplo. Con estas salidas, la bancada PT-Morena se ubicaría como la tercera fuerza política dentro del Senado desplazando al PRD a una cuarta posición, tras la salida de Miguel Barbosa, Zoé Robledo, Lorena Cuéllar, Luz María Beristain, Dolores Padierna Luna; Humberto Fernández, Fidel Demédicis, Benjamín Robles y Rabindranath Salazar, actual coordinador de la cuarta circunscripción de la defensa del voto para Morena. Con estos movimientos, el PRD pasaría de 22 miembros en el Senado a siete, de cara al próximo proceso electoral. En la Cámara de Diputados, al inicio de esta legislatura, Morena obtuvo 39 escaños tras primera participación en una elección. Hoy cuenta con 50 miembros que se le han ido sumando. Así, Morena se consolidó como cuarta fuerza política en la cámara baja, desplazando al Partido Verde Ecologista de México (PVEM) al quinto lugar. La consecuencia de estas salidas no sólo se refleja en los personajes sino en sus grupos de apoyo para la operación en tierra. Se constituyen como células que a su vez se dividen en varias ocasiones. Por ejemplo, el pasado 19 de febrero el Grupo Orión —que agrupaba a militantes priistas, con alrededor de tres mil 500 asociados, cuyo objetivo era brindar apoyo social a la comunidad guanajuatense—, renunció al PR por considerar que los dirigentes de este instituto político “abandonaron las causas sociales” y no valoraron a su militancia. Algo similar ocurrió con la diputada local Irma Leticia González, quien renunció al PRI argumentando que los procesos internos del partido estaban viciados y truncaron su oportunidad de alcanzar la diputación por el distrito XV. La primera prueba de esta diáspora impactando la obtención del voto, es la operación que planea el Grupo Orión, que dirige Jorge Castro Hernández, y quien aseguró a algunos medios locales que el arrastre que tiene esta agrupación puede generar más de 20 mil votos, una cantidad superior a la que consiguió el PVEM en los comicios pasados. Esta organización es relevante para las tareas operativas de los partidos en el estado, porque algunos de sus agremiados se dedicarán a tareas partidistas divididos en tres vertientes: la primera se constituye como un grupo que se unirá a Morena; la segunda, en un contingente que operará con el Partido Encuentro Social (PES), y la tercera vertiente continuará trabajando con el senador Chico Herrera en sus nuevas encomiendas electorales.