Dámaso López Núñez, El Licenciado, reveló que en septiembre de 2013 recibió la orden de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, de matar a un policía sudcliorniano que molestaba a la exalcaldesa priista de La Paz, Esthela de Jesús Ponce Beltrán, quien entonces además era fuerte candidata a la gubernatura de Baja California Sur, al testificar en el juicio contra el exlíder del Cártel de Sinaloa que se celebra en la Corte del Distrito Este en Brooklyn, Nueva York. De acuerdo con el testimonio de quien fuera excolaborador y exsocio de Guzmán Loera, la solicitud la recibió El Chapo a través de su jefe de plaza en Baja California Sur, y este le envió un mensaje en el que le dejaba en claro que era para una muy posible futura candidata a gobernadora. Ese mensaje de BlackBerry, fue uno de las más de un millón de comunicaciones que fueron interceptadas por el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) desde su oficina regional en Nogales, Arizona, acotó a través de sus redes el periodista Alan Feuer, corresponsal del diario The New York Times, quien estuvo presente en la Sala 8D de la Corte este martes. De acuerdo con el corresponsal del Times, en el mensaje El Chapo también daba la instrucción de que los sicarios actuaran con sigilo utilizando pistolas y no rifles “para que no se vea violento”. El exlíder del Cártel de Sinaloa quería que pareciera que un “pandillero vengativo” había asesinado al agente de seguridad.
Si. Ella es mi favorita y nosotros deberíamos hacerle el favor. Quizá cuando el policía esté saliendo de su casa. Que no nos vean. No con un rifle, con pistola que no se vea violento”, a lo que Dámaso luego dio la orden de ejecutar.
https://twitter.com/alanfeuer/status/1087807176419233792 Esthela de Jesús Ponce Beltrán, tiene 54 años y es militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), partido por el cual ha sido dos veces diputada federal, para las LIX y LXI legislaturas. Gobernó la capital sudcaliforniana del 31 de abril de 2011 al 5 de marzo del 2015. En junio del año pasado presentó su renuncia a la delegación del Instituto Mexicano del Seguro Social en BCS, tras protestas en su contra mayormente por trabajadores del sector de Los Cabos. Actualmente labora en la dirección de Planeación Estratégica Institucional del IMSS, en su sede central en la Ciudad de México. El Licenciado testificó al menos sobre otros cuatro asesinatos que cometió bajo las órdenes de Guzmán Loera, e incluso detalló cómo el cuerpo de Juancho, el primo de El Chapo, fue abandonado a un costado de la carretera.
Revela enlaces del Cártel con el gobierno
Durante su testimonio ante la Corte, El Licenciado reveló los nexos de corrupción que mantenía el Cartel de Sinaloa con el gobierno federal., que serían las revelaciones más perjudiciales, de acuerdo con el periodista Keegan Hamilton de Vice, quien también estuvo en la sala. Dámaso López citó que trataba con dos hombres, Javi y Roberto, quienes eran los enlaces de El Chapo con el Ejército, la Policía Federal, la oficina del procurador general y la Marina. Según Dámaso López a Javi se le pagaban 100 mil dólares al mes y a Roberto más de 1 millón de dólares. Narra que primera fuga si fue en carrito de lavandería El Licenciado confirmó la versión de que El Chapo se fugó en un carrito de lavandería el 19 de enero de 2001 de Puente Grande, aunque aclaró él no lo ayudó. López Núñez explicó que durante un encuentro que tuvo con Guzmán Loera en 2001 en Nayarit, esté le contó que un encargado de la lavandería en el penal apodado como “Chito” fue quien lo sacó en el carrito de lavandería hasta el estacionamiento y lo metió en la cajuela hasta el exterior del penal. La fuga “fue algo espontáneo” le dijo el capo, principalmente por haber escuchado que habían una orden de extradición en su contra. Lo que si confirmó, es que ayudó a Guzmán Loera y a su segunda esposa Griselda López Pérez, madre de cuatro de sus hijos, a conseguir teléfonos o ropa ilegales en la prisión de máxima seguridad. Detalló que renunció a su cargo en septiembre del 2000 por una investigación federal en curso por corrupción en el penal. Era subdirector de Seguridad y Custodia del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) Número 2 de Occidente, ubicado en El Salto, estado de Jalisco. Agregó que a Guzmán le parecía injusto que entre 50 y 70 custodios estuvieran presos por su fuga y “sentía compromiso moral de ayudarlos”, por lo que buscó apoyarlos a través de sus abogados, señala el semanario Río Doce, que también tiene acceso al juicio en Nueva York.
Dámaso y “El Chapo”, los compadres
Tras dejar de trabajar en el Penal de Puente Grande como subdirector de Seguridad, Dámaso López se incorporó a trabajar con El Chapo en calidad de gestor de bienes raíces primero, ayudándole a conseguir casas y ranchos y después como su hombre en las relaciones con el gobierno. E incluso se encargó de negociaciones con cárteles colombianos para llevar cocaína de Sudamérica a Sinaloa. Aseguró que tras dejar la prisión no volvió a encontrar trabajo por lo que aceptó la oferta siete meses después de la fuga. Ante la Corte, El Licenciado reveló que El Chapo y él estrecharon lazos de confianza por los favores que el capo le brindó cuando estaba en el penal de Puente Grande, tiempo después se convirtieron en compadres. El exlíder del Cártel de Sinaloa le compró una casa a López Núñez de un millón y medio de pesos mexicanos (80 mil dólares al tipo de cambio actual), aunque dijo, se ganó su fidelidad cuando le apoyó al cubrir los gastos cuando se accidentó uno de sus hijos. Y por los favores que brindó a una de sus esposas hubo pagos generosos de miles de dólares. Joaquín Guzmán Loera y Dámaso López Núñez se conocieron en 1999 en el penal de Puente Grande, Jalisco, cuando este último fungía como funcionario de la prisión. En su testimonio El Licenciado, que se refirió a Guzmán Loera como “mi compadre”, dijo que a El Chapo se le concedían “favores” durante su estancia en el penal federal de máxima seguridad, algunas de las cuales eran ingresar objetos no permitidos, como tenis y celulares, y tener visitas conyugales de varias parejas, como el acceso a Griselda López, segunda esposa del capo cuando de acuerdo a las normas del penal la única autorizada era Alejandrina Salazar. También le pidió que a Puente Grande pudiera ingresar su hermano Arturo, alias El Pollo, y Marcelo Peña, su excuñado. Durante el juicio, Dámaso López confesó haber pertenecido a la organización criminal durante 15 años, y según sus propias palabras, “ascendí a convertirme en un líder del cártel” como responsable del trasiego de drogas de México hacia Estados Unidos. La fiscalía ha hecho desfilar desde el inicio del juicio el 5 de noviembre a más de una decena de exsocios y empleados del capo, e inclusive a una examante, con la estrategia de abrumar al jurado con pruebas de que el acusado traficó más de 155 toneladas de cocaína y otras drogas a Estados Unidos a lo largo de un cuarto de siglo. De ser hallado culpable, El Chapo podría pasar el resto de su vida tras las rejas. El gobierno estadounidense estima que terminará de presentar toda su evidencia y testigos entre este jueves y el próximo lunes, tras lo cual toca el turno a la defensa. El juicio podría llegar a su fin hacia mediados de febrero, según fuentes judiciales. NR/EC