La izquierda es más que un simple lado, una posición política o la siniestra de las situaciones. Es, sin duda, otra manera de estar en el mundo, asociado a lo políticamente incorrecto, al lado torpe, aunque también es la forma creativa, la diferente, la rebelde. La torpeza es un dardo que nunca da en el blanco, al menos no en el que buscaba alcanzar. En las relaciones, se es torpe cuando no se logra mirar al otro, y actuamos de manera tal que terminamos hiriendo susceptibilidades. Porque eso sí, en lo relacional, la torpeza de uno es directamente proporcional a las delicadezas, los recelos o los prejuicios del otro. El libre albedrío se convierte en nuestro enemigo y, como regla, si tratamos de remediar el error de lo dicho o de lo hecho, la regamos más. Es como tener dos manos izquierdas sin ser zurdos y tratar de manipular minuciosamente un objeto delicado. O el baile de dos pies izquierdos que no encuentran la gracia, el ritmo o el compás. (¿Qué culpa tienen los izquierdos de su mala fama?). La izquierda política es idealmente la fuerza que propugna por el cambio político y social, poniendo como base la defensa de la igualdad. La izquierda es rebelde, se levanta contra la desigualdad y ve por el desprotegido. En México, la izquierda es más una irrupción reciente en nuestra historia con ideales poco claros. Mis inclinaciones políticas (que confieso no son muchas) nunca han estado del lado conservador, es más, podría decir que soy de izquierda -no militante-. Escribió el enorme Mario Benedetti un poema que me divierte: Ahora todo está claro Cuando el presidente, cualquier presidente se preocupa tanto por los derechos humanos parece evidente que en ese caso derecho no significa facultad o atributo o libre albedrío sino diestro o antizurdo o flanco opuesto al corazón lado derecho en fin en consecuencia ¿no sería hora de que iniciáramos una amplia campaña internacional por los izquierdos humanos? Los izquierdos humanos, aquellos por los que los presidentes no se preocupan… hilarantes en varios sentidos. Grandes versos que caricaturizan lo que podría ser una triste realidad. Otra izquierda es la de los zurdos, esos seres creativos y sensibles ignorados (o casi) por el mundo a lo largo de la historia. Han sido una clara minoría desfavorecida. Puertas, bancas de escuela, herramientas, utensilios, tijeras… todo diseñado para diestros. Desplazarse y buscar las cosas creadas para manos izquierdas es la opción para aquellos que las necesitan, no es sencillo encontrar las cosas hechas para la siniestra aunque ahora, al menos, existan. Hasta el siglo pasado (XX), a la mayoría de los zurdos se les amarraba la mano izquierda para obligarlos a usar la derecha, crueldad mezclada con ignorancia. De hecho, en un tratado de psiquiatría de 1921, el ser zurdo se consideraba como sinónimo de demencia y en los años 60, se relacionaba con la dislexia y otras desventajas. La mala suerte se ha relacionado con la izquierda por siglos. No es casualidad que un mal día lo atribuyamos a “levantaros con el pie izquierdo”. El cristianismo basó sus simbolismos en la mano derecha, que es la que da la bendición y hace la señal de la cruz. Los zurdos fueron perseguidos por los inquisidores porque creían que el diablo era siniestro y por lo tanto, no podía haber entre ellos sino brujos y demoníacos. Cuánto pobre zurdo no fue quemado en las hogueras de la Edad Media por haber nacido hábil de su mano izquierda. Un dato que no pude corroborar, es que la Biblia contiene más de 100 referencias favorables a los diestros y 25 desfavorables a los siniestros. La izquierda y los izquierdos, los del día a día y los de Benedetti, los que mueven su mundo diferente, los que se han visto obligados a adaptarse, los que están inclinados al lado del corazón. La izquierda en todos los ámbitos, significados y posiciones, es el lado original, creativo, sensible, sufrido, rebelde. A mí, me parece interesante la izquierda. @didiloyola