Para la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) la decisión de Andrés Manuel López Obrador de designar coordinadores estatales responsables del ejercicio y vigilancia del gasto implicaría incluso un problema de seguridad.
Aunque ese sindicato patronal fundado en 1929, el mismo año que nació el partido abuelo del PRI, el partido Nacional Revolucionario (PNR), respalda el criterio de mejorar la transparencia en el uso de los recursos púbicos, discrepa de que el nombramiento de coordinadores estatales sea la medida apropiada.
Su argumento es que debilita la autonomía de los gobernadores.
Es verificable que no existe de parte de Copamex una crítica siquiera interesante a la corrupción de los gobernadores, muchos de los cuales mantienen con ella fuertes lazos de conveniencia, utilidad e incluso -ya en sentido positivo y muy optimista- de compromiso social así sea con resultados más bien exiguos como lo es que no ese razonamiento es trasladado por esa organización al terreno de la seguridad.
Si se crean coordinaciones estatales, sostiene Coparmex, la probabilidad de ejercer un mando unificado de las fuerzas del orden, de la seguridad, por parte del gobernador constitucional se debilitarían.
La ausencia de crítica acerca de la corrupción de los gobernadores como el traslado del argumento en contra de contrapesos al gobernador de cada entidad dañando el tema de seguridad omite las realidades empíricamente verificables.
La primera es que los gobernadores se han comportado como virreyes desde el año 2000 cediendo y concediendo a segmentos de empresarios obra pública e intercambiando beneficios opacos fuera del alcance de la mirada pública.
Es decir, los virreyes ya existen y son los gobernadores y han contribuido a prohijarlos ciertos segmentos de negocio y comportamientos cuestionables de un segmento de la iniciativa privada, la cual, por otra parte y en general, debe merecer todo el respeto y apoyo cuando se comporta de acuerdo a la ley.
La segunda es que en ninguna entidad está claro que la posibilidad de ejercer una noción de mando único haya sido desplegada plenamente o que habiéndolo sido haya generado resultados contundentes al respecto de la mejoría de la seguridad.
Es decir, los virreyes no han tenido obstáculo para aplicar el esquema de mando único y, o no lo han utilizado o no han sabido coordinar su poder con el federal para demostrar su liderazgo en y resultado e materia de seguridad.
De hecho, Peña Nieto le planteó al país desde octubre del 2014 un esquema unificado de coordinación. En vez de respaldarlo, prácticamente todos los gobernadores fueron renuentes o incapaces de acompañar ese modelo resolviendo en el congreso, o en la práctica, utilizando las facultades y competencias concedidas por la Constitución al respecto.
El verdadero problema que tiene la Coparmex es la incertidumbre con que percibe el posible comportamiento del próximo Presidente de la República respecto de respetar el status quo del cual forma parte la propia Coparmex, en la cual, legítimamente, existen empresarios de seguridad y relacionados con la obra pública, y también, ilegalmente, hay casos relevantes de corrupción.
Crear una verdadera ventanilla única con el poder político, a través de la Presidencia, declarada en abierta animadversión contra la corrupción, podría ser parte del verdadero tema de la Coparmex.
La representación patronal podría demostrar fácilmente que se deslinda de actos delictivos y de corrupción e inseguridad respecto de lo que ocurre, aun en estas semanas, en varias entidades.
Ojalá que lo haga.
@guerrerochipres