No clones, mejor adopta

10 de Abril de 2025

Eduardo Penafiel

No clones, mejor adopta

eduardo peñafiel

Si lograste sobrevivir a la pasada entrega de los premios Oscar y pudiste poner atención en las más de tres horas del espectáculo, tal vez habrás notado una broma acerca de Barbra Streisand y sus perros clonados. La historia es la siguiente:

En 2017, la perrita Samantha de la raza Coton de Tuléar, una de las favoritas de la nobleza francesa del siglo XVII, cumplió 14 años. Esta raza originaria de Madagascar tiene una esperanza de vida de entre 14 y 16 años, por lo que Streisand decidió extraer células de su estómago y boca para clonarla. En mayo del 2017, Samantha murió y fue un golpe muy duro para la actriz, quien en redes sociales expresó que la perrita era como una hija para ella.

Fue entonces cuando la actriz decidió mandar las muestras de ADN que había extraído de Samantha a un laboratorio, recomendado por una amiga cercana, quien ya había clonado a su perro. La respuesta del laboratorio fue positiva y unos meses después recibió la noticia que la clonación había tenido éxito y el resultado eran cuatro cachorros. Uno de ellos murió y decidió regalar otro más para quedarse con dos de los perros clonados.

Aunque no es la primera vez que se clonan animales, la popularidad de la artista hizo que medios alrededor del mundo explotaran la nota como si fuera una novedad. Desde 1996, cuando se supo del famoso caso de la oveja Dolly, el primer animal clonado a partir de una célula adulto, miles de animales han sido clonados de manera legal y seguramente miles más de forma ilegal. El procedimiento no es sencillo ni tampoco barato, y esto generó opiniones encontradas para el caso de Streisand.

Por un lado, se le criticó por no tomar la decisión de adoptar, en un país en donde se estima que más de 1.5 millones de perros mueren a través de la eutanasia, pues nadie los quiere. Por otro lado, muchos dueños de mascotas defendieron su acción, argumentando que el amor de un perro puede llegar a ser igual al de un hijo y que clonarlo es una gran opción para tener la oportunidad de estar más tiempo con esa mascota, aunque en realidad no sea la misma.

Así que, si tú eres dueño de una mascota y después de leer esto ya estás pensando en clonara, existen un par de detalles que deberías de considerar antes de hacerlo.

Para empezar el precio, pues aunque hoy operan varios laboratorios de clonación, que el proceso sea exitoso no es tan común, pues se dice que sólo uno de cada tres intentos tiene éxito y el costo por intento cuesta entre 50 mil y 100 mil dólares.

Por otro lado, es importante tomar en cuenta que la personalidad entre tu mascota y su clon, serían muy diferentes, ya que como en todo ser vivo, los genes no dictan como actuamos.

El ambiente a través del cual se desarrollaría o crecería ayudan, pero no garantizan que adquiera la misma personalidad y que el animal actúe o se comporte de la misma forma que su predecesor.

Y por último, el aspecto físico que puede variar manifestándose, por ejemplo, en el color de ojos o el tamaño de la boca. De ahí la importancia de tomar una buena base de las células de tu perro actual, en donde lo más recomendable es llevarlo al veterinario y pedir una muestra de ocho milímetros de su abdomen, para lograr un buen resultado.

Todavía falta mucho tiempo para que esta práctica se vuelva cotidiana y el procedimiento mejore, garantizando el éxito de la clonación. Entonces, ¿por qué no, mejor adoptar?

En nuestro país existen más de 16 millones de perros en situación de calle, lo cual coloca a México como el número uno de Latinoamérica en este rubro. Y de cada 10 perros que llegan a los distintos albergues públicos, nueve son sacrificados, lo que es igual a casi 10 mil perros por mes.

Por eso, salvarle la vida a otro animal es mejor opción que producir uno nuevo en un laboratorio. Al menos por ahora.

@elpocas

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