La inseguridad: una amenaza constante

18 de Noviembre de 2024

Eduardo Penafiel

La inseguridad: una amenaza constante

eduardo peñafiel

Además de ser uno de los principales problemas que afectan a la economía y crecimiento de un país, la inseguridad es un tema preocupante que influye de manera directa en la actitud de las personas y la calidad de vida a la que pueden aspirar los habitantes de un país. La desconfianza generalizada en las autoridades y organismos encargados de nuestra seguridad, nos tiene en niveles preocupantes.

Un indicador importante es la percepción social sobre la inseguridad pública en México. De acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI, el 72.9% de la población mayor de 18 años considera que vivir en su ciudad es inseguro. Un aumento considerable si lo comparamos con el estudio anterior realizado un año antes, en donde la percepción era de 69.9%.

Las ciudades con el porcentaje de percepción más alto fueron Chilpancingo en Guerrero, Coatzacoalcos en Veracruz, Ecatepec de Morelos en el Estado de México, Fresnillo en Zacatecas, Villahermosa en Tabasco y la región Norte de la Ciudad de México, que incluye las delegaciones Gustavo A. Madero, Iztacalco y Venustiano Carranza. Todas ellas superan el 90% de percepción negativa. Homicidios. Secuestros. Extorsiones, Robo a casas y comercios. Robo de Autos. Violaciones. Desaparecidos. Delitos que hoy en día parecen algo común, algo de todos los días. Y para agravar más la situación, esta el tema de la corrupción y el desfalco a los estados además de las 23,000 muertes relacionadas a los cárteles de nuestro país, lo que nos convirtió en la segunda zona de conflicto más mortal, a nivel mundial.

Un efecto que ha ocasionado este tema es que los celulares se conviertan en nuestro mejor aliado, en un segundo par de ojos con memoria permanente, recolectores de evidencia. También son un recurso para exponer delincuentes, políticos, funcionarios y actos que atentan contra nuestra seguridad y calidad de vida. Gracias a ellos, existe un archivo alternativo de imágenes que a veces complementan lo que vemos en los medios y redes sociales y, en otras ocasiones, sirven para desmentir y exponer lo que realmente sucedió.

Pero al parecer la presión social no es suficiente. El tiempo pasa y la reacción de nuestros gobernantes y autoridades no llega. Mientras más se comparten y se exponen estas imágenes y las vemos con más repetición, el enojo y la frustración crece, al ver que los culpables no son incriminados y muchas veces ni siquiera perseguidos. Me gustaría escribir que tengo la solución, pero la realidad es que solamente puedo dar algunas recomendaciones para evitar estar tan expuestos:

Implementar los filtros de seguridad necesarios en el ecosistema digital. Desde tus herramientas de trabajo, redes sociales y dispositivos electrónicos. Esto evita que un documento con información sensible como un estado de cuenta, una fotografía que dice mucho de ti, tu estilo de vida y tu familia y un mensaje que puede exponer puntos sensibles que se puedan explotar, queden expuestos o caigan en las manos equivocadas.

Discreción. Apoyando el punto anterior, es importante pensar muy bien antes de compartir información y sobretodo, con quién la compartes. Desde una fotografía hasta un mensaje, piensa muy bien si es necesario hacerlo.

No te quedes callado. Aunque suena contradictorio con los puntos anteriores, es lo más importante. Necesitamos denunciar y exponer todo lo malo que está sucediendo. Aunque muchas veces los procesos parecen ridículos y el nivel de confianza con las autoridades esté por los suelos, es una obligación que tenemos como ciudadanos. El silencio es nuestro peor enemigo.

No es momento de rendirnos, sino todo lo contrario. Porque creo que lo más importante es entender que en estos tiempos tan difíciles, turbulentos e inciertos, el no actuar nos hace cómplices.