El bienestar también es digital

22 de Enero de 2025

Eduardo Penafiel

El bienestar también es digital

eduardo peñafiel

Con la moda de los influencers y micro influencers en el ecosistema digital, en los últimos años se ha desenmascarado a varios de ellos y se ha expuesto a otros tantos, por presentar una versión falsa o “retocada” de lo que en realidad ocurre en sus vidas. Y es que en la actualidad, la comunicación visual es el medio más importante y con más peso en las redes sociales, generando que usuarios de todas las edades, sean capaces de expresarse con el objetivo de crear un patrón de identidad, elevar su autoestima y generar la mayor cantidad de likes o corazones posibles. Algo que simplemente podría parecer como una actividad más en internet, está provocando una serie de consecuencias o efectos negativos que han llegado a niveles preocupantes. Hoy miles de usuarios llegan a sufrir de depresión y otras afectaciones psicológicas como consecuencia del uso constante de redes sociales, algo que incluso ha impulsado a que las plataformas digitales que dominan el sector, creen departamentos dentro de sus compañías para trabajar por el bienestar de sus usuarios. Tal es el caso de Instagram, la plataforma social más popular para compartir imágenes y videos, en donde interactúan más de 800 millones de personas mensualmente y la cual ahora tiene un grupo llamado “Equipo para el Bienestar”, dedicado a que las personas se sientan mejor al usar la red social y reciban apoyo en caso de necesitarlo. La compañía lleva muchos años siendo criticada por gobiernos e instituciones dedicadas a la salud, acusada de causar depresión y ansiedad entre sus usuarios, principalmente a mujeres adolescentes. Pero, ¿por qué tardó tanto Instagram en darse cuenta de esto? La gota que derramó el vaso fue una investigación realizada en el 2017 por la “Sociedad Real para la Salud Pública” del Reino Unido, debido a que uno de los principales hallazgos en el estudio titulado El Estado de la Mente reveló que Instagram es la red social que más afecta a la salud mental y el bienestar entre los jóvenes, provocando principalmente ansiedad y depresión. Es importante resaltar que controlar todo lo que se ve y publica en este tipo de redes sociales, no es una tarea fácil. Revisar, ordenar y clasificar imágenes o comentarios, para después eliminar los que pretenden hacer daño intencionalmente o pueden llegar a ser considerados como ofensivos, es casi imposible. A pesar de los avances en la tecnología, todavía no existe un programa lo suficientemente inteligente para cumplir con esta tarea a la perfección y si tomamos en cuenta que más de 100 millones de fotografías se suben al día, básicamente se necesitaría un ejército de personas monitoreando y revisando de forma manual cada una de ellas. De hecho otras plataformas como Facebook (dueña de Instagram), Pinterest y Tumblr, llevan tiempo haciendo un esfuerzo por evitar que se haga mal uso de ellas, pero al parecer la versatilidad y habilidad para hacer el mal que tenemos los seres humanos, muchas veces rebasa o le da la vuelta a cualquier sistema inteligente. Es importante entender que el uso o el tiempo que pasamos dentro de estas redes sociales tiene un efecto directo en nuestro estado de ánimo y nuestra personalidad, sobre todo en generaciones más jóvenes, que son todavía más susceptibles a este tipo de impactos visuales y no están preparados para comprender o no han creado un juicio acerca de muchos temas.

Hace poco vivimos la explosión de las noticas falsas que en gran parte son consecuencia de la comunicación visual, una de las tendencias más grandes del siglo XXI. Si queremos evitar otro suceso parecido, es importante cuidar lo que publicamos, corroborar lo que vemos y reportar lo que sabemos que le está haciendo daño a otra persona o a nosotros, porque al afectar directamente nuestra salud, el problema va mucho más allá que la intención de desinformar.

@elpocas