La Central de Abastos (CEDA) de Iztapalapa, el principal mercado de América Latina, alimenta la zona centro del país, pero en tiempos de Covid-19, también representa un enorme reto para la administración de la alcaldesa Clara Brugada: La dinámica del mercado se ha convertido en un foco rojo de la pandemia.
Con sus 246 hectáreas, la CEDA se ubica en la alcaldía más poblada de la capital del país y recibe diariamente a proveedores y compradores de zonas aledañas y de otros estados, por lo que la administración de Brugada ha montado un operativo casi quirúrgico para tratar de romper la cadena de contagios.
El operativo para ese objetivo consiste en llamadas telefónicas a casos confirmados, instalación de consultorios, visitas para sanitizar casas, colocación de filtros sanitarios, entregas de kits sanitarios, apoyos alimenticios, recursos para pequeños empresarios, pero puntualmente en la CEDA lo que existen son meras recomendaciones y exhortos a realizarse la prueba a personas con síntomas de Covid-19.
La CEDA no es el único reto. El pedido a quedarse en casa haciendo resguardo para evitar contagios no es una cosa fácil cuando se trabaja en la informalidad y se vive al día. Con sus 1.8 millones de habitantes, en Iztapalapa el 35% vive en situación de pobreza y el 1.7% en situación de pobreza extrema.
En conferencia de prensa, el Dr. Javier Serna, titular de la Jurisdicción Sanitaria Iztapalapa, detalló a ejecentral el mecanismo para romper las cadenas de contagio en las zonas aledañas a la CEDA y en el mismo mercado.
Desde que se entró a la fase 3 de Covid-19, el pasado 21 de abril, lo que se ha hecho es un monitoreo de la velocidad y dispersión del contagio; en ese sentido la interacción entre la CEDA y los barrios aledaños (donde vive parte de los locatarios de ese enorme mercado) es lo que más preocupa a Serna. “Nos preocupa el número de activos”, señaló el experto.
Cuando se detecta un contagio se pide al infectado que permanezca en casa por 14 días y a las personas que viven con él o ella son exhortadas a extremar las medidas de distancia social.
El gobierno de la capital envía un kit con insumos sanitarios como cubrebocas, un termómetro, paracetamol y gel antibacterial, además manda una despensa con papel higiénico, jabón, limpiador, pasta dental, toallas sanitarias y bolsas de cereal, azúcar, arroz, frijol, lentejas, leche en polvo, café, galletas, atún y suero.
Todo lo que manda el gobierno está considerado para sobrellevar la cuarentena, pero ese apoyo no se da conforme las necesidades de cada familia, por ejemplo el número de integrantes o características como por ejemplo si hay un bebé en casa. El apoyo alimenticio es único y homogéneo.
Foto: Twitter
El seguimiento que se da a los casos en resguardo domiciliario es vía telefónica y el Dr. Javier Serna indicó que personal del gobierno va las casas de las personas a realizar una sanitización de los espacios.
Para el tratamiento de la CEDA lo que se hizo fue limitar la entrada (no niños, no personas mayores, no mujeres embarazadas), no permitir que ingresen vehículos con muchas personas e instalar filtros sanitarios en las entradas y salidas.
También se dispusieron consultorios en la periferia de la Central para detectar casos y si un locatario presenta una temperatura de 38 grados o superior se le remite a revisión médica.
Serna señaló que a través de videoconferencias se enseña a los locatarios cómo protegerse y cómo identificar síntomas de Covid-19 para que en caso de tenerlos se hagan la prueba.
A pesar de la puesta en marcha del megaoperativo, Iztapalapa continúa enfocándose en los casos con síntomas, por lo que no tiene ningún plan para las personas asintomáticas que siendo portadoras de Covid-19 podrían seguir contagiando a otras. NR
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