La Ciudad de México tendría que haber arrancado febrero en rojo dentro del semáforo epidemiológico federal luego de sumar 32.5 puntos de riesgo en la evaluación correspondiente a esa semana, esto a pesar de la nueva metodología que la Secretaría de Salud (SSa) impuso para reducir el peso de ciertos indicadores.
En cambio, la capital se mantuvo en amarillo a pesar de tener más de la mitad de sus indicadores en un rango de peligro alto o máximo.
Con esta se sumarían tres ocasiones en que la capital del país no establece el rojo a pesar de tener puntos suficientes para este color dentro de la evaluación que elabora semanalmente el Centro de Investigación en Matemáticas (CIMAT), y que sirve para construir los semáforos de todo el país.
Los indicadores con mayor puntaje en la Ciudad de México son las tendencias de camas ocupadas por pacientes de Covid-19, la de mortalidad a causa de esta enfermedad y la tasa de casos hospitalizados que en conjunto suman 18 de los 32.5 puntos que acumula la capital del país en la evaluación de la semana pasada.
Otros indicadores que se encuentran en su máxima evaluación de riesgo son la tasa de incidencia de casos, la positividad y el porcentaje de ocupación de camas generales de pacientes con coronavirus, pero es importante destacar que los dos primeros perdieron fuerza dentro de la ponderación de riesgo debido a la nueva metodología que impuso la SSa para los semáforos de febrero, por lo que solo sumaron 8 puntos entre los tres.
De los diez indicadores que conforman la evaluación de Ciudad de México, sólo dos se mantienen sin puntos de riesgo, el resto está entre dos y 6 puntos cada uno, lo que se considera un rango entre alto y máximo para cada uno de estos rubros, lo que demuestra la situación de vulnerabilidad que aún se mantiene en la capital del país.
Analistas independientes señalaron que la SSa no publicó a tiempo el reporte de tendencias de curvas epidémicas del CIMAT para la semana pasada, por lo que era imposible corroborar si el mapa que presentó esta dependencia el viernes por la noche se apegaba a las evaluaciones establecidas en su nueva metodología.
Esta sería la segunda ocasión en que el reporte de CIMAT se retrasa o se deja de publicar antes de un cambio de semáforos federales, la primera vez fue durante la última semana del año cuando se colocó un documento sin actualizar mientras la variante Ómicron comenzaba a despuntar en el país.
Por su parte, las autoridades de la Ciudad de México aseguraron que no tenían conocimiento del puntaje que tendrían esta semana porque la SSa no les había entregado la evaluación de riesgo a tiempo, pero no preveían ningún cambio en las actividades económicas o sociales a pesar del color que tuviera el semáforo.
La nueva metodología de la SSa para el semáforo epidemiológico restó peso a todos los indicadores relacionados con el número de casos positivos debido a la expansión de Ómicron en el país, lo que según expertos del propio CIMAT podría retrasar la naturaleza de alerta que debe tener esta herramienta.
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