El Partido de la Revolución Democrática (PRD), una agrupación que fue clave en la transición de México hacia la democracia y protagonizó las elecciones más disputadas de la historia del país, ha iniciado lo que se perfila como el principio del fin de sus 35 años de historia.
A 35 años de su fundación, el partido del Sol Azteca estuvo encabezado por el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y en su momento se convirtió en la fuerza política de izquierda más representativa y cruda en México, para que en el ocaso de su existencia terminara siendo uno de los principales aliados de la derecha mexicana.
Cabe mencionar que en el PRD se concentraron diversas figuras de izquierda, para luchar por la democracia en México y la justicia social del pueblo mexicano, tales como Ifigenia Martínez, el Ing. Heberto Castillo, Porfirio Muñoz Ledo, Pablo Gómez, Rosario Ibarra de Piedra y varios más.
Sin embargo, en la elección del 2012 comandado por un grupo político de los Chuchos, traicionó las causas y principios de la izquierda mexicana, incluso la candidatura del ahora presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Antes incluso de que el Instituto Nacional Electoral anunciara el lunes por la noche que perdía su registro como partido político nacional al no conseguir el 3% de los votos en las elecciones del 2 de junio, varios videos divulgados por medios locales ya mostraban cómo algunos de sus militantes sacaban cajas, plantas y objetos personales de muchas de sus oficinas, que comenzaban a vaciarse.
El proceso administrativo para su extinción será largo y el PRD, el tercer grupo político en número de militantes, con casi un millón de afiliados, juega su última baza impugnando algunos conteos ante el Tribunal Electoral, que se atisban complicados de ganar.
El PRD podrá mantener el registro como partido local en los estados donde obtenga un porcentaje mayor al 3% y donde postuló a candidatos propios en los últimos comicios, según la norma. Podrá tener los escaños que gane por el principio de mayoría relativa, pero no tendrá derecho a curules por el principio de representación proporcional. Esa regla cierra la puerta del Senado a Zambrano, como cuota de representación y cabeza de lista del partido en la Cámara alta.
Falta, sin embargo, que el Tribunal Electoral sancione la elección, a más tardar en agosto próximo, y antes de que el nuevo Congreso tome posesión el próximo 1 de septiembre. Los magistrados electorales tendrán la última palabra sobre su futuro. De concretarse su desaparición, la formación, un referente histórico de la izquierda en México, ha adelantado una “refundación”, con otro nombre y la intención de abrirse como una opción ciudadana.