Por tratar de adoctrinar a menores de edad en contra del aborto mediante la Ley de Educación del Estado de Nuevo León, la Suprema Corte de Justicia de la Nación invalidó el párrafo donde decía que los menores debían desarrollar actitudes solidarias en los individuos para crear conciencia sobre el respeto a la vida desde la concepción y hasta la muerte natural.
La semana pasada, de manera unánime los ministros del Alto Tribunal decidieron que esta fracción del Artículo VII vulneraba los derechos de las personas gestantes, argumentando que la educación debe ser ajena a cualquier doctrina religiosa, debiendo promover valores de pluralidad y tolerancia y asegurar así el ejercicio del derecho a la libertad de creencias.
El tema se centra no en los valores y creencias que cada individuo profesa, derecho que es inviolable según nuestra Carta Magna, sino en la interpretación que el estado de Nuevo León daba a la creencia cúltica sobre el comienzo de la vida, hecho que los fundamentalistas aseguran que es a partir de la unión del espermatozoide con el óvulo, por lo que la SCJN infirió que esta porción de la ley tenía cierta carga religiosa que le han dado una gran parte de iglesias y que pretenden imponer en la sociedad.
Desde la perspectiva de los otros ministros (encabezados por la profesora Norma Lucía Piña Hernández) existe una imposibilidad para determinar cuándo inicia la vida humana, puesto que no hay consenso científico, moral o religioso al respecto. Y es que esa ley fue modificada desde julio del 2020 para dar gusto principalmente al clero regio que todavía ejerce su peso político en las decisiones gubernamentales.
Aunque en la última década las iglesias evangélicas han restado adeptos al poderoso credo romano, sigue existiendo un 78% de católicos, muchos de los cuales tienen la facultad de modificar leyes a su antojo en los ámbitos político, social, cultural y educativo con sólo hacer llamadas por celular al gobernador Samuel Alejandro García Sepúlveda, quien gustoso toma las llamadas y se pone a las órdenes de sus líderes parroquiales.
Cuenta la leyenda que el mandatario estatal, el Día de la Virgen de Guadalupe (12 de diciembre) del 2022, acompañado de su esposa y de al menos 3 secretarios de su equipo, fue recibido por el Papa Francisco en El Vaticano. Cuando le hizo entrega de algunos presentes al máximo jerarca de la iglesia católica, Samuel se comprometió a hacer del aborto un pecado mortal que se sancionaría con cárcel en todo México, cuando fuera presidente de la República.
El gober no ha quitado el dedo del renglón, aspira a ser candidato para cumplir su promesa. Tampoco pierde de vista lo que muchos obispos y pastores evangélicos le han pedido en su estado: no reconocer legalmente los matrimonios entre personas del mismo sexo, penalizar el aborto e impedir que miembros de la comunidad LGTB lleguen a ocupar escaños federales ni estatales.
PALABRA DE HONOR: Pastores y líderes evangélicos de distintas congregaciones se manifestaron en el Zócalo capitalino la semana pasada por los recientes hechos de intolerancia religiosa ocurridos en Hidalgo, Chiapas y Oaxaca, donde los cristianos han sufrido desplazamientos forzosos, despojos, amenazas y violación a sus derechos elementales. La autoridad dice que los atendió, pero la intolerancia sigue.