El tema migratorio tendrá peso específico en las elecciones presidenciales de México y Estados Unidos. Iglesias de ambos países también tendrán voz e influencia en el quehacer de los legisladores electos. Con una mayoría protestante, los ministros de culto cristianos en el vecino del norte tienen puntos de vista extremos: o los deportan, fichan y los criminalizan, o les dan oportunidad de hacer el trabajo que los estadunidenses les parece poco digno, y hacerlos semiciudadanos estadunidenses.
Católicos y evangélicos de México y EU se suman a la política de sus candidatas y candidatos: los hay fundamentalistas, que llegan al extremo de aprobar leyes que permita a norteamericanos el uso de armas en contra de quienes invadan su territorio de manera ilegal; los hay también quienes prefieren una cadena de contención en los estados limítrofes, pasando por dar asilo, capacitación y empleos eventuales a quienes llegan en busca de oportunidades.
Iglesias cristianas trabajan a nivel continental para apoyar a quienes desean ir a Estados Unidos en busca de sus familiares generadores de divisas. Tal es el caso de la Mesa Evangélica de Inmigración (RIT, por sus siglas en inglés), un conjunto de ministros de culto, organizaciones independientes e instituciones paraeclesiáticas que apela a los congresistas para “respetar la dignidad humana, garantizar una frontera segura para ambos países, establecer un estatus legal para casos específicos”, entre otros temas.
Apoyan esta labor no sólo pastores y laicos, también periodistas, académicos, colegios y universidades cristianas, fundaciones, empresarios y conglomerados religiosos. Aunque su labor no tiene sesgo político, nunca se han pronunciado a favor de las acciones que intenta Donald Trump y que ha remarcado una y otra vez durante su campaña.
La Iglesia Metodista Unida (UMC, también por sus siglas) brinda apoyo humanitario a quienes cruzan y tratan de llegar a territorio estadunidense sin importar el país de origen. En México, el trabajo de los metodistas ha sido poco valorado, pero efectivo, al igual que el del Ejército de Salvación, que en otras partes del mundo incluso recibe apoyo gubernamental para sus fines altruistas.
Por el otro lado, la fundación del influyente Franklin Graham llamada Samaritan´s Pourse (Bolsa del Samaritano) fomenta la contención del flujo migratorio y apoya la ideología Trump en éste y otros, propios de la extrema derecha, como la negación del matrimonio entre personas del mismo sexo, la educación sexual de niños en escuelas estatales y la penalización del aborto.
Graham ha comenzado una serie de eventos en estados limítrofes para sensibilizar a fundamentalistas del uso de la violencia o la implementación de leyes duras para cerrar la frontera a los migrantes. Intenta con sus predicaciones planchar el terreno político a Trump y sus propuestas, hacer proselitismo rumbo a los comicios y mantener el voto duro de los evangélicos para el ex presidente.
PALABRA DE HONOR: Blanca Judith Díaz Delgado, ex senadora panista que se subió al carro morenista desde hace algunos años ahora es candidata al Senado por Nuevo León. Se le recuerda hablar maravillas del expresidente Felipe Calderón en compañía de la exdiputada del blanquiazul Rosy Orozco durante eventos político-religiosos donde el malo era Andrés Manuel López Obrador. ¡Quién la viera!