Ya son más los casos de líderes, integrantes y ministros de culto de diferentes expresiones religiosas que huyen de su país por la intolerancia y discriminación que sufren dentro de sus mismas congregaciones porque a pesar de profesar la misma fe, son condicionados a dejar su orientación sexual, es decir, son rechazados por pertenecer abiertamente a la comunidad LGBTQ, por lo que deben buscar asilo en un país distinto y encontrar una iglesia donde no haya homofobia.
Son personas que decidieron salir del clóset a quienes los mismos lideres de la iglesia a donde habían pertenecido hasta entonces, no los admitieron más debido a su orientación sexual, pues ahora los consideran como un mal ejemplo para los demás creyentes, e incluso un peligro para los niños que asisten al templo.
Es el caso del pastor Osmany Ríos, quien debió salir de su natal Cuba en febrero pasado con destino a EU. Lo expulsaron de la iglesia pentecostal que él mismo había formado con aproximadamente 500 miembros. A sus 45 años, no era casado, lo que llevó a la congregación a someterlo a un juicio. Al darse cuenta de que era homosexual, los feligreses contrataron a otro pastor y despidieron a Osmany.
Muy similar a lo que vivió Magdalena Huanca, en una iglesia bautista de Honduras. Apenas hacía 5 años que conoció ahí mismo a su pareja (Alejandra). Querían formalizar su relación y hablaron con la pastora, quien las expulsó y sometió a un tratamiento que consistía en ejercicios espirituales. Ambas vinieron a México, donde también fueron rechazadas por distintos pastores y sacerdotes. “Vamos a Estados Unidos en busca de una iglesia que nos acepte tal y como somos”, dice en plática informal.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) indica que tan sólo el año pasado 140 mil personas solicitaron asilo político en México. Si bien la mayoría son por cuestiones de violencia y amenazas, no son pocos los casos de discriminación religiosa que cometen las mismas iglesias hacia su feligresía. La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) no tiene datos al respecto porque nunca pregunta la orientación sexual de los migrantes, por lo que no existe un registro fidedigno.
Pese a que una gran parte de migrantes procedentes de Haití, Honduras y Cuba llegan a albergues manejados por religiosos, éstos procuran que quienes pertenecen a la diversidad sexual no reciban los mismos beneficios que los heterosexuales, según indican pastores que llegan a la frontera sur del país. “Los tratan con restricciones y nunca les ofrecen, como a otros, quedarse a ayudar en labores eclesiales”, dicen los líderes cristianos.
PALABRA DE HONOR: Dice la candidata Xóchitl Gálvez que hay por lo menos 60 sacerdotes y obispos que están siendo investigados por su presunta injerencia en temas político-partidistas en el país. ¿Habrá sanciones, o será igual que en sexenios pasados?
