Más de 8 mil deportistas que participaron en los Juegos Olímpicos en Francia solicitaron al Comité Organizador de los Juegos que hubiera un capellán religioso para satisfacer sus necesidades espirituales durante las competencias, por lo que fueron acreditados unos 120 representantes de iglesias cristianas, judíos, hindúes, islamistas y budistas.
En el distrito de Saint-Denis, Francia, se construyó dentro de la Villa Olímpica el denominado “Centro Multireligioso”, que dará atención, además, a los participantes de los Juegos Paralímpicos, que comienzan el próximo 28 de agosto, en donde también hay deportistas religiosos de distintas confesiones, mayormente cristianos (católicos, ortodoxos, protestantes y evangélicos).
De los más de 14 mil competidores de 206 países, quienes más solicitan los servicios religiosos de pastores cristianos son los estadunidenses y sudafricanos, según relata el presidente de la Federación Protestante de Francia, Christian Krieger, y añade que estos atletas son quienes dan testimonio de su fe en las entrevistas con medios especializados, portando leyendas en sus ropas deportivas o levantando sus manos al cielo -o hincándose- al final de una competencia.
Hay varios deportistas que destacan en sus redes sociales la fe que profesan, como una manera rutinaria de vivir las competencias. Es el caso de evangélicos como Jerry Tuwai, jugador de rugby de las Islas Fiyi; los gimnastas Alech Finnegan (filipino) y el estadunidense Brody Malone; Carlik Jones, jugador de baloncesto nacido en Sudán; Saidel Horta, boxeador cubano y Geronay Whitebooi, judoka sudafricana, quienes asisten regularmente a los servicios cristianos que se ofrece en la villa.
Hay delegaciones como Alemania, Reino Unido, Estados Unidos, Brasil, Finlandia, entre otras, que contratan a sus propios ministros de culto para asistir a los jugadores. Y es que en esos países las comunidades evangélicas son más numerosas que en otras naciones.
PALABRA DE HONOR: Al parecer, llegan al menos 11 diputados federales a la conformación de la nueva Cámara que son evangélicos, la mayoría de Morena. Es difícil que den a conocer públicamente su filiación espiritual cristiana y difícil será también que propongan cambios a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público que tiene más de 30 años de existencia, para adecuarla al nuevo marco político-social que el país requiere.
