La semana pasada, la candidata demócrata Kamala Harris, quien contenderá por la presidencia de Estados Unidos, contrató a la activista y pastora presbiteriana, Jennifer Butler, como Directora Nacional de Participación Religiosa, con el fin de llevar a cabo una campaña paralela con ministros de culto y religiosos de todas las confesiones y ganar los comicios de noviembre.
La nueva jefa de divulgación religiosa y enlace con líderes y activistas que trabajan en el campo de la fe, pretende construir puentes que unan a votantes y candidatos, en los ámbitos liberal y conservador. En la Unión Americana la religión juega un papel preponderante que en México estamos lejos de alcanzar por aquello del estado laico y la delgada línea que pocos se atreven a debatir en las agendas políticas de partidos y candidatos.
La pastora fundó en el 2005 una organización llamada Faith in Public Life (La fe en la vida pública) desde donde ha defendido los derechos de los migrantes, la reforma del sistema de salud, el derecho al voto y otorga asesoría legal a la comunidad LGBT. También fue asesora en materia de vinculación con pastores, rabinos y sacerdotes en la administración del ex presidente Barack Obama.
En 2017 fue arrestada en el Capitolio, junto con otros ministros de culto y líderes, cuando protestaba en contra de la política republicana que pretendía derogar la Ley de Atención Médica que daba cobertura a minorías necesitadas que no contaban con prestaciones en salud pública.
A decir de la propia pastora Butler, su nuevo cargo es para conformar mesas de trabajo de alto nivel con el clero católico identificado con la derecha en estados clave como Wisconsin y Michigan (el Muro Azul) que antes fueron demócratas y hoy están a favor del oponente republicano Donald Trump.
A diferencia del comportamiento poco político y en extremo religioso que han tenido en las elecciones recientes los lideres religiosos mexicanos -que ven más por su interés particular que por las causas de los más necesitados-, la nueva integrante del equipo de campaña de Harris trata con judíos, mormones, evangélicos, católicos y con esas minorías que podrían representar el fiel de la balanza en los comicios donde su oponente también invierte grandes sumas para atraer el voto evangélico blanco, principalmente.
A decir de pastores del nuevo equipo de la asesora demócrata, Trump ha manipulado a un sector evangélico al hacer públicas fotos tomadas con líderes orando por él -imponiéndole la manos- en la Casa Blanca cuando fue presidente. Sin embargo, la fe que profesa la candidata Kamala (asiste a una iglesia bautista en San Francisco) es más comprometida, pues “no se limita a las fotos, sino a la realidad”.
Dista mucho para que un candidato o candidata en México nombre en un cargo similar a un líder religioso. Se toman fotos con pastores sólo en campaña, en lo oscurito, sin prensa y con el temor a ser sancionados por el INE, como si los pastores o sacerdotes fueran ciudadanos sin derechos políticos y los aspirantes no profesaran alguna creencia.
PALABRA DE HONOR: Parece que la oficina de Asuntos Religiosos ahora tendrá funciones más acertadas con la llegada de la titular de Gobernación, Rosa Isela Rodríguez, quien conoce y reconoce de cerca el trabajo de pastores evangélicos. Sea para bien…