Chalco...otra vez

13 de Septiembre de 2024

Pablo Reinah
Pablo Reinah
Periodista con 28 años de experiencia en televisión, radio y medios impresos. Ganador del Premio Nacional de Periodismo 2001, ha trabajado en Televisa, Grupo Imagen y actualmente conduce el noticiero meridiano en UNOTV. Ha colaborado en medios como Más por Más, Excélsior y Newsweek. Es autor del libro El Caso Florence Cassez, mi testimonio y asesor en medios de comunicación.

Chalco...otra vez

Pablo Reinah columnista

Aguas negras, casas inundadas, autos hundidos, muebles y electrodomésticos inservibles, animales muertos, podredumbre, mal olor, caras tristes en medio de la desesperanza y el abandono. Esos son los recuerdos que tengo de junio, hace 24 años, cuando estuve en Chalco durante dos semanas cubriendo el primer desbordamiento del Canal de la Compañía. En aquella ocasión, el agua llegó hasta la autopista México-Puebla, haciendo imposible que cualquier vehículo entrara o saliera de la Ciudad de México por esa vía, interrumpiendo el paso entre el centro y sur del país.

Años después, en los primeros días de febrero de 2010, el escenario se repitió. Esta vez, la ruptura del canal de La Compañía en Valle de Chalco derramó seis mil litros de aguas negras por segundo, dejando a miles de damnificados. Hoy, dos décadas después de la primera tragedia, vemos las mismas imágenes, como si el tiempo no hubiera pasado: las mismas historias, las mismas caras de desolación, tristeza y desesperación, pero, sobre todo, las mismas causas: el abandono y la corrupción.

No lo digo yo; me lo dijo Don David en junio del año 2000, un abuelo a quien entrevisté desde una lancha porque era la única forma de recorrer las calles: “Siempre dicen que ya van a arreglar el problema, que ya vamos a estar bien, y mire”. Y se lo dijo, hace unos días, un vecino afectado a la gobernadora Delfina Gómez: “Yo le pagué a mis compañeros para que votaran por Morena y ¿qué han hecho? El PRI, que eran más ratas que ustedes, daban solución”.

El 11 de mayo pasado, la ahora presidenta electa, Claudia Sheinbaum, presumía en un tuit de la red social X el “impresionante recibimiento en Chalco, con más de 20 mil mexiquenses acompañándonos”. Hoy, cuando los habitantes necesitan que el gobierno local y federal hagan su trabajo, los regaña y llama injustos por reclamar y pedir ayuda de manera “desesperada e incorrecta”.

Recuerdo al presidente Zedillo aterrizando en helicóptero en la carretera la noche del 6 de junio del año 2000 para ver lo ocurrido, preocupado y ocupado. Años después, vi a Felipe Calderón como presidente y a Enrique Peña Nieto como gobernador haciendo lo mismo. Lo que los habitantes de Chalco no recordarán es al actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, visitando la zona afectada, bajo el argumento de que en su momento no fue a visitar a los afectados por el huracán Otis en Guerrero y porque “debe cuidar la investidura presidencial”.

Chalco es un municipio surgido de manera irregular, donde las primeras familias se asentaron en lo que era, y cuando se inunda, sigue siendo “El Lago de Chalco”. Este valle fue emblemático en el sexenio del expresidente Carlos Salinas de Gortari, quien lo usó como bandera de su modelo de combate a la pobreza, resultado del oportunismo político, la corrupción y la necesidad. Un municipio cuyas problemáticas saltan a la vista y son aprovechadas en época electoral.

Hoy, la gobernadora Delfina Gómez enfrenta una de las mayores pruebas de su mandato, pues la deuda social que se tiene con los habitantes de este municipio, que apostaron por ella y por el cambio después de casi un siglo de gobiernos priistas, es tan grande y urgente como el tamaño de lo ocurrido. Veremos.

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