En una democracia, las elecciones son el momento cúspide en el que las y los ciudadanos ejercemos nuestro derecho a decidir el rumbo de nuestro país. Es a través del voto que expresamos nuestra voluntad y definimos el futuro que queremos construir juntas y juntos. Son la esencia misma de la participación ciudadana, el mecanismo por excelencia para que nuestras voces sean escuchadas y nuestras aspiraciones se conviertan en realidad.
Por eso, las recientes declaraciones de Claudia Sheinbaum, afirmando que la elección del 2 de junio “ya es sólo un trámite” porque según ella ya está ganada, son preocupantes y equivocadas. En México, nada está decidido aún y el proceso electoral no es un simple trámite, sino el ejercicio democrático más importante que tenemos como ciudadanos.
En un momento tan crucial para el futuro de nuestro país, es fundamental que salgamos a votar de manera informada y consciente. La participación ciudadana en esta elección será vital para definir el rumbo que tomará México en los próximos años, en las próximas décadas. No podemos dar por sentado ningún resultado ni caer en la apatía o el abstencionismo. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de hacer oír su voz y contribuir a forjar el destino de México.
Debemos recordar que el poder radica en nosotros, la ciudadanía. Cada voto cuenta y es una muestra tangible de nuestra voluntad y nuestras aspiraciones como sociedad. Ningún candidato o partido político puede arrogarse una victoria anticipada ni menospreciar la decisión que tomaremos libremente en las urnas. La democracia se construye día a día, voto a voto, con la participación activa y comprometida de toda la ciudadanía.
En Jalisco y en todo el país, hemos sido testigos de elecciones reñidas donde la participación ciudadana ha sido determinante. Nada está escrito y cada voto puede hacer la diferencia. La historia nos ha demostrado que cuando las y los ciudadanos nos unimos y alzamos la voz, podemos lograr cambios trascendentales.
Por eso, es fundamental que analicemos a fondo las propuestas de cada candidato, que evaluemos su trayectoria y su capacidad para cumplir sus propuestas. No podemos dejarnos llevar por el canto de las sirenas ni por la soberbia de quienes se sienten vencedores antes de tiempo. Tenemos el deber de ser ciudadanos críticos, informados y participativos, que tomen decisiones basadas en la razón y el bien común.
Como zapopana y como mexicana, hago un llamado a ejercer nuestro derecho al voto con valentía y responsabilidad. A no dejarnos intimidar por quienes pretenden que la elección es un mero trámite. A defender nuestra democracia y nuestras instituciones con la fuerza de nuestra participación. Somos nosotros, las y los ciudadanos, los verdaderos protagonistas de este proceso electoral, y tenemos en nuestras manos el poder de cambiar el rumbo de nuestro país.
El poder está en nosotros, en cada uno de los ciudadanos que creemos en un México mejor. No dejemos que nadie nos arrebate ese poder ni esa esperanza. Con nuestro voto, escribamos juntos una nueva historia para nuestro país. Una historia de libertad, justicia y progreso para todas y todos. ¡Que nada ni nadie nos detenga! Salgamos a votar con la convicción de que juntos, somos más fuertes que cualquier desafío. La democracia nos llama, y es nuestro deber responder con firmeza y determinación.
