México se está pudriendo

13 de Septiembre de 2024

J. S Zolliker
J. S Zolliker

México se está pudriendo

js zolliker

No han parado de acosarme. Todos los días, por varias horas, me llaman de un despacho de cobranza de un banco para querer cobrar un préstamo que alguien sacó hace un semestre, a nombre de mi hijo, que murió hace cuatro años.

Me exigen, con malos tratos y amenazas de embargo, que le diga que lo están buscando, que se comunique o que tome la llamada. ¡Pero está muerto!, les imploro. Entonces me afirman que tienen un expediente con su INE, con mi domicilio, su cédula profesional, su licencia de conducir, acta de nacimiento y otro comprobante de teléfono. ¿Cómo puede ser esto?

Como no encontraba explicación, me asistieron en el buró de crédito y, después de ires y venires, metieron sus datos en el sistema y ¡sorpresa! Resulta que, además del crédito bancario, hay a nombre de mi hijo créditos recientísimos en varias tiendas departamentales, supermercados y mueblerías. Me quedé frío.

¿Entonces? Pues sí, todo muy simple: resulta que unos desgraciados andan vendiendo la identidad de muertos que atienden en sus casas funerarias para la gente de bajos recursos y hasta huellas digitales les toman, para luego tramitar o falsificar TODOS sus comprobantes —incluyendo título profesional o cédula y sepa qué más tropelías han estado haciendo con ellos.

Es el colmo. Toda mi vida (tengo setenta y cinco años) hemos sabido que México se está pudriendo poco a poco y las autoridades no hacen nada. Sexenio tras sexenio, todos dicen lo mismo: ahora sí, ya en serio, ahora sí de verdad se los juramos, vamos a mejorar. Ahora sí, de verdad, a diferencia de hace unos años, llegó el cambio, ahora el pueblo manda, ahora blah, blah, blah. El chiste es que nada sucede. ¿Quieren, señor Presidente o señora Presidenta electa, que les creamos? Es muy fácil. Comiencen creando una fiscalía o cuerpo ciudadano contra la corrupción que sí actúe. Si la gente percibe cambios en la cotidianeidad, comenzaremos a creer que los mexicanos sí podemos, como tanto nos quieren convencer.

Porque hoy es verdaderamente ridículo. Sólo hace falta salir a la calle y ver que hay negocios que evaden impuestos y no tienen facturas, justo frente al SAT. Pueden ir a ver que, en la misma cuadra de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, hay coches mal estacionados y cometiendo infracciones. Sí, también verán que hay baches frente a la Secretaría de Obras Públicas, y alcantarillas destapadas y fugas de agua a 100 metros de la Conagua.

Y ni se diga de gente mendigando frente a la Secretaría de Desarrollo, o puestos ambulantes vendiendo películas piratas al lado del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial, o puestos de garnachas y carnitas, sin ninguna medida de higiene, en la mismísima banqueta de la Secretaría de Salud. ¿No es el colmo? Por eso se nos van nuestros paisanos a países donde sí funcionan las cosas.

Aquí nos estamos pudriendo y no avanzaremos con reformas judiciales a modo y sin combatir, con recursos y estrategias probadas, la impunidad reinante. Necesitamos, los mexicanos, tolerancia cero a la corrupción. En verdad se los digo. Mañana yo tengo que ir con mi abogado al Ministerio Público espantoso, esperando que no me vayan a querer extorsionar, para que por las acciones de corruptos tolerados y ladrones de identidad desalmados, no me vayan a quitar la casa que mi hijo me heredó, porque, como pueden ver, la corrupción en México ya ni a los muertos respeta.

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