México-Ecuador: violaciones diplomáticas, demandas y correísmo

22 de Abril de 2025

Omar Hurtado
Omar Hurtado

México-Ecuador: violaciones diplomáticas, demandas y correísmo

Omar-Hurtado_web_

Si bien la confrontación actual entre México y Ecuador tiene que ver esencialmente con la violación a las instalaciones de la Embajada de México y la agresión al jefe de cancillería, con el fin de detener al exvicepresidente Jorge Glas, tampoco se puede obviar el contexto en que se desarrolla el hecho, en torno a una afinidad ideológica entre el presidente mexicano y el correísmo, particularmente con el expresidente Rafael Correa.

Ambos países han interpuesto demandas ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Las audiencias correspondientes a México finalizaron el pasado 1 de mayo, después de dos días de deliberaciones y se espera el veredicto. México demanda que se reconozca la responsabilidad ecuatoriana por la invasión a la embajada, la expulsión de Ecuador de las Naciones Unidas y que se protejan las instalaciones de la embajada y facilite el desalojo de los bienes de los funcionarios mexicanos.

La postura ecuatoriana se enfoca a la violación de las leyes del Estado receptor, la injerencia en asuntos internos, la utilización de locales de la embajada de manera incompatible con las funciones diplomáticas y el otorgamiento de asilo a personas procesadas por delitos comunes y no por persecución política; asegura que la incursión a la embajada fue un “incidente aislado” en “circunstancias excepcionales” para detener a un delincuente convicto.

Ecuador tomó el camino más sinuoso en lugar de abocarse a los instrumentos bilaterales y regionales de arreglos y solución pacífica de controversias para denunciar a México. La invasión a la embajada es una flagrante violación a los instrumentos regionales e internacionales, relativos a la inviolabilidad de las representaciones diplomáticas, que no hay manera de justificarlo.

Si bien las tensiones entre México y Ecuador se hicieron evidentes desde el ingreso del expresidente a la embajada para solicitar asilo, mismo que fue concedido horas antes de la invasión policiaca, las irreflexivas declaraciones del presidente mexicano sobre el sensible asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio en 2023, poniendo en duda la legitimidad de las elecciones ecuatorianas y del triunfo del presidente Novoa, seguramente exacerbaron aún más las desavenencias. Es claro que el presidente mexicano siempre tuvo simpatía hacia el correísmo y su candidata presidencial Luisa González derrotada por Novoa.

Glas fue un funcionario cercano al expresidente Correa, su mano derecha. Ocupó la vicepresidencia con Correa y luego con Lenin Moreno, fue entonces cuando su carrera se vio manchada por acusaciones de corrupción, en el caso de la constructora Odebrecht; en 2017 fue sentenciado a seis años de prisión y en 2020 a ocho años por cohecho, incluso algunos infieren algún vínculo con el crimen organizado. Correa fue presidente durante una década gracias a la reelección, huido del país, actualmente exiliado en Bélgica y condenado a prisión en 2020 a ocho años por cohecho y sobornos con la empresa Oderbrecht.

De acuerdo con diversos analistas, el correísmo se ha asentado en México con el apoyo del presidente mexicano; algunos de sus integrantes tienen procesos penales y por corrupción, y tendrían un acentuado activismo político desde México hacia Ecuador contra el gobierno de derecha actual. Algunos correístas estarían participando con la 4T. Algunos se refugiaron en la Embajada de México en Ecuador y otros en la de Bolivia y hoy se encuentran en México y, otros más, autoexiliados. La canciller mexicana ha informado que, con el apoyo de otros países, se pretende liberar de prisión a Glas y exiliarlo en México.

PUBLICIDAD