Esperando a Godot

4 de Diciembre de 2024

Omar Hurtado
Omar Hurtado

Esperando a Godot

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Hoy es 15 de septiembre, de madrugada, se celebra el inicio de la Independencia de México, tengo entendido que el Zócalo de la Ciudad de México está abarrotado de personas para celebrar esta fecha tan importante y honrar el último Grito de Independencia del Presidente mexicano.

Terminé de releer una vieja obra de teatro llamada “En Alta Mar”, de Slawomir Mrozek, del Teatro del Absurdo. Grandes autores de aquellos tiempos del Teatro del Absurdo, como Samuel Beckett, ese de “Esperando a Godot” o Eugéne Ionesco, aquel de la “Cantante calva” y el “Rinoceronte”, entre otros grandes, seguramente hoy tendrían material de sobra para escribir tramas políticas cargadas de incoherencias y disparates, que en principio podrían parecer chuscas y divertidas, pero que finalmente resultan deprimentes, como lo es el Teatro del Absurdo.

Frente a mis narices puedo observar a flamantes políticos y legisladores mexicanos y líderes de autocracias y dictaduras de hoy, que actúan y recitan sin mesura, cuidado y respeto sus acciones, a tal absurdo que al inicio pueden parecer cómicas, tal cual versos de merolicos, pero que finalmente resultan bofetadas sociales ante la risa y la celebración de los tiranos.

El escenario mexicano político actual de la transición presidencial y de la reforma judicial, parece conducirnos a un túnel del tiempo en retroceso, que parece llevarnos hasta aquella realidad política que alguna vez describió el escritor peruano Mario Vargas Llosa como “dictadura perfecta”, la cual no era la rancia URSS ni Fidel Casto, sino México. Pero no, hoy nos encontramos en la época dorada de la transición de los “abrazos y no balazos”, de la “mejor política exterior es la interior” y del mejor sistema de salud del mundo y del universo ¡vaya realidad! Dígame usted estimado lector si nos encontramos entre lo cómico, lo absurdo y lo trágico.

Estoy ante un escenario del absurdo populista, maquillado y colorido, del quebrantamiento de la separación de poderes, de la concentración del poder y del debilitamiento de las instituciones democráticas, de la impunidad y de la corrupción.

Estoy convencido que la independencia judicial siempre es necesaria en un cualquier sistema democrático y también creo que nuestros derechos y nuestras libertades requieren de un orden jurídico institucional sólido, sin injerencias del poder político o económico.

Sólo basta tener un poco de sentido común y descubrir a los embusteros que nos gobiernan, como lo hago desde mi butaca del absurdo, así camino entre el chauvinismo, el mesianismo y el egocentrismo, de mentiras y mentirosos patológicos.

Por irreverente y atrevido, algunas veces termino como el payaso manchego que describía en su poesía el gran poeta español León Felipe, con la cara curtida a bofetadas, bajo la risa y la mofa de los hombres y los hados adversos, en este patético escenario del absurdo polarizado mexicano.

En otras partes de la República, hoy en esta noche de independencia, la violencia del crimen organizado impera. Sinaloa se ha convertido en un polvorín por la lucha entre facciones del cártel de Sinaloa, en tanto que en varios municipios de ese Estado y otros se han suspendido las celebraciones de independencia.

Los diarios reportan que con aire de nostalgia y despedida el mandatario mexicano ha hecho honor en sus 26 arengas en la ceremonia del grito de independencia, a la democracia, a la soberanía, a la fraternidad universal, al amor, a los trabajadores mexicanos, a los migrantes, a los pueblos indígenas, a la grandeza cultural de México, a los mexicanos, a la Cuarta Transformación y muerte a la avaricia, al racismo y a la discriminación.