Dos temas recientemente discutidos dentro del despacho presidencial ya comienzan a provocar interrogantes respecto al programa de gobierno y el gabinete que encabezaría Claudia Sheinbaum en caso de resultar electa como nueva presidenta de México.
La noción de un programa de gobierno transexenal se ha agudizado de tal forma que se percibe un margen cada vez más estrecho para que la presunta sucesora de López Obrador pueda incorporar una estrategia revisionista de las obras y programas insignia de la 4T. Por ejemplo, en el sector salud ha trascendido que, en una reciente visita que Jorge Alcocer realizó al Palacio Nacional, en un acto atípico, el secretario decidió hablarle con la verdad al Presidente de la República y explicarle que la estrategia de suministro de medicamentos a través de la megafarmacia había fracasado.
Quienes conocieron de los asuntos que se discutieron en la reunión entre Alcocer y el jefe del Palacio comentan que la promesa de lograr un sistema de salud a la altura del de los daneses será una asignatura pendiente que habrá de retomarse si Claudia Sheinbaum gana las elecciones del próximo 2 de junio.
Si a lo anterior sumamos los pendientes que dejan las megaobras inconclusas de esta administración, y las inversiones que implican, hay quienes no dejan de cuestionarse si es pertinente seguir con obras cuyas inversiones carecen de retorno y que por sus dimensiones desplazarían otras iniciativas que podrían formar parte de la administración de la presunta sucesora de López Obrador.
Sean medicamentos, carreteras, hospitales, escuelas o plantas eléctricas, la interrogante queda en el aire; la próxima administración traería nuevas inversiones en rubros necesarios y aún no desarrollados o simplemente veremos ejemplos como el del sector salud, donde la agenda de gobierno aparentemente está definida, sin margen para revisarla y mucho menos para corregirla.
Esta noción transexenal aparentemente no se concentraría exclusivamente en el marco de las obras y la política pública. El círculo íntimo del Presidente ha tenido conversaciones con él, y se han esbozado recomendaciones que se llevarían a la presidenta electa Sheinbaum, para que su gabinete no tuviese cambios de los titulares al menos durante 2024.
Este escenario seguramente se convertiría en uno de los temas centrales de discusión en las semanas y meses después de la elección. Pero dejemos la especulación a un lado y esperemos. La elección está a la vuelta de la esquina y sea cual sea el resultado, lo que sí podemos asegurar es que los eventos subsecuentes traerán muchas sorpresas, e incluso emociones fuertes.