En los Pasillos del Palacio no se ha podido ocultar la agitación. Curiosos, los insiders de la Presidencia especulaban si el ambiente tenso se debía a la marcha de los maestros de la semana pasada o a la decisión de Xóchitl Gálvez de sumarse a la “marea rosa” en el Zócalo o la imposibilidad de sostener una narrativa que explique el fundamento legal de la embestida en contra de María Amparo Casar.
Si bien estos temas han ocupado la atención de Palacio, ha surgido un asunto que generó alerta cuando se hizo del conocimiento del presidente López Obrador. Diversas fuentes señalan la existencia de reportes que indican que la Ciudad de México (CDMX) vivirá la elección más cerrada del siglo XXI. Clara Brugada y Santiago Taboada podrían encontrarse en medio de un final de foto.
La Ciudad de México no sólo es un gigante en términos electorales; la CDMX ha sido un bastión político de Morena, y la sede de los poderes fácticos que hicieron florecer el liderazgo del presidente López Obrador. Históricamente, los eventos culturales, deportivos o políticos que se registran en tierra chilanga de inmediato tienden a convertirse en asuntos de interés nacional. Resulta evidente que una elección cerrada entre Brugada y Taboada es uno de los escenarios menos deseables para Morena.
Este ambiente de tensión ya ha comenzado a permear en los mandos de Morena. El Presidente, que no acostumbra tener pudor alguno en expresar su descontento, no ha dejado de llamarle la atención a sus leales para exigirles más presencia y una mejor organización en la CDMX.
Claramente, la mayor presión ha recaído en Mario Delgado, el dirigente de Morena, quien no ha logrado que López Obrador se sienta del todo satisfecho con su gestión. Ya son varios los testimonios de momentos en los que el primer mandatario ha subido el tono de las conversaciones para recriminarle a Delgado la falta de resultados, que no solo afectan la Ciudad de México sino también entidades como Veracruz, Jalisco y Yucatán. Particularmente, en este último caso, trascendió el enojo del Presidente contra el dirigente morenista, cuando Mauricio Vila dejó la gubernatura yucateca para dedicarse a hacer campaña, liberando con ello a un importante activo político de la oposición.
La cuenta regresiva para la elección está en curso. Y aun cuando las encuestas deberían servir como bálsamo para tranquilizar los ánimos morenistas, la presión está a tope, las sorpresas no se descartan y los pronósticos son reservados en diversas regiones del país. ¿Final de foto?
