Transición energética en pro del ambiente y los más vulnerables

28 de Noviembre de 2024

César Augusto Rivera

Transición energética en pro del ambiente y los más vulnerables

columna fiscal

El pasado 5 de junio se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente, fecha que busca fomentar la conciencia y la acción global en favor de los ecosistemas del mundo. En ese sentido, la transición hacia el uso de energías limpias se posiciona como una de las estrategias más importantes en favor de la salud de nuestro planeta, así como para alcanzar diversos objetivos económicos y sociales.

En el mundo, Suecia, Dinamarca y Noruega se posicionan como los líderes en el ranking global de la transición energética, y países como India y Singapur, que se posicionan en el número 67 y 70 del ranking, avanzan de manera paralela en las categorías de una transición equitativa, segura y sostenible. En América Latina, Brasil es el país que se encuentra mejor posicionado, colocándose en el número 14 del ranking, mientras que México se ubica en el lugar 68 de 120 países (WEF, 2023).

Dado que históricamente ha sido un importante productor y consumidor de combustibles fósiles, México enfrenta grandes retos hacia una transición energética, los cuales se presentarán en las finanzas públicas, mercados, hogares y recursos naturales.

La producción primaria de energía, pese a haber disminuido, ha seguido teniendo como principales energéticos los combustibles fósiles. En 2022, del total de producción, el 83.1% fue petróleo crudo, condensados, gas natural y el carbón. Por otro, lado, en 2021 el sector fue responsable del 62.3% de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) generados en el país. De tal porcentaje, el 23.5% lo generó la industria eléctrica.

Para 2024, la Ley de Transición Energética (LTE) establece una meta del 35% de participación de energías limpias en la generación total de energía eléctrica, lo cual parece que no se alcanzará. De acuerdo con datos del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), en 2023, la participación de energías limpias fue del 21.9%, la cual se redujo en 5.5% respecto a 2021. Tal hecho no es sorpresa, pues el Programa Sectorial de Energía (Prosener) 2020-2024 impulsa un nuevo modelo energético que privilegia los hidrocarburos y petrolíferos.

Ante la llegada del nuevo gobierno, se abre una oportunidad para revertir el deterioro en materia energética y climática de una manera prioritaria y sobre todo justa. El camino para alcanzar la meta establecida en la LTE es aún largo y sinuoso. De acuerdo con el Laboratorio Nacional de Energías Renovables (NREL, por sus siglas en inglés) México necesita al menos 42 terawatt-hora (TWh) de energía limpia adicional para alcanzarla, es decir, 13.1% más.

Por consiguiente, y ante el potencial de energías renovables con que cuenta el país, (como la solar fotovoltaica (PV) y eólica) se podrían crear nuevos empleos que traerían consigo beneficios económicos para todos. Por ejemplo, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA, por sus siglas en inglés), la participación de las mujeres en este sector podría representar en la solar PV el 40% y en la eólica el 21%. Sin embargo, dado que un importante potencial se encuentra en el sur del país, es necesario que los proyectos respeten los derechos humanos y de las comunidades indígenas o campesinas, con el fin de avanzar hacia una transición energética justa.

Consulta los documentos que al respecto estará publicando el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria A.C. (CIEP), en www.ciep.mx