La primera infancia es una etapa crítica en el desarrollo humano. Las políticas públicas destinadas a este grupo no son un gesto altruista, sino una inversión con rendimientos sociales y económicos a largo plazo. Sin embargo, estas políticas suelen quedar desarticuladas debido a la falta de un presupuesto adecuado y sostenible. En este sentido, cabe preguntarse: ¿de qué sirve una política pública sin los recursos suficientes para su implementación?
Uno de los grandes desafíos que enfrenta el fortalecimiento de las acciones dirigidas a los menores de 0 a 5 años, tanto a nivel federal como en las entidades federativas, es la limitada asignación de recursos financieros. Esto, a su vez, está relacionado con la falta de capacitación técnica en las secretarías de finanzas y las instituciones encargadas de implementar estas políticas, como el DIF, las secretarías de salud y educación y el SIPPINNA, entre otros. El equipo técnico debe tener un profundo conocimiento de la relevancia de la primera infancia y la capacidad de identificar y gestionar los recursos financieros de los cuales se puede disponer.
Es aquí donde los talleres de sensibilización y transferencia de conocimiento juegan un papel crucial. El objetivo de estos espacios de formación, además de capacitar, es el de empoderar a los servidores públicos, brindándoles herramientas prácticas y accesibles para incidir en la planificación y diseño de políticas públicas destinadas a la primera infancia y en la asignación del presupuesto público. En este contexto, las instituciones financieras y de planeación deben realizar ejercicios, junto con todas las instancias involucradas en estas políticas sobre la viabilidad del presupuesto para la primera infancia, revisando fuentes de financiamiento tanto públicas como privadas.
Es importante destacar que la falta de presupuesto no es un problema nuevo. Cada año, los recursos destinados a la infancia sufren adecuaciones que no están orientadas a mejorar su situación. Estos recortes o reasignaciones obedecen más a cuestiones políticas coyunturales que a un análisis profundo de las necesidades de este sector. Ante la constante rotación de tomadores de decisiones, que en ocasiones priorizan otras áreas, resulta fundamental sensibilizar a los nuevos actores para que comprendan la importancia de dirigir recursos a la infancia, no como un gasto, sino como una inversión social.
Dado lo anterior, el pasado 5 y 6 de septiembre, se llevó a cabo el primer Taller de Presupuestación y Planeación con enfoque de Primera Infancia en el Instituto Tecnológico y de Estudios superiores de Monterrey campus Ciudad de México, financiado por el Centro de primera infancia e impartido en colaboración con Pacto Por la Primera Infancia y el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP). Este taller es el comienzo de un esfuerzo amplio para involucrar a los equipos técnicos de las secretarías de finanzas y al personal de instituciones como Desarrollo Social, DIF, Salud y SIPPINNA, para generar un cambio estructural en la forma en que se asignan y gestionan los recursos destinados a la niñez.
La colaboración entre diferentes instituciones y la utilización de información pública disponible puede detonar acciones conjuntas que permitan una inversión pública más equitativa y efectiva. En un país con altos niveles de desigualdad, dirigir recursos a los primeros años de vida es una estrategia inteligente para impulsar la inclusión y la igualdad.
Los servidores públicos que participaron en este taller se quedan con un mensaje claro: invertir en la primera infancia es construir un futuro más justo y equitativo. Pero para que esa inversión sea efectiva, debe estar respaldada por una gestión presupuestal sólida y comprometida.
