En días pasados tuve la oportunidad de estar en algunas reuniones festejando la profesión más bella del mundo, al menos para mí (abogacía) con tres mujeres que quiero y admiro mucho; en diferentes momentos de mi vida profesional, he tenido una escuela laboral de empoderamiento femenino, y fui acompañada en este proceso por ellas, y algunos hombres que admiro y respeto por diversos motivos que en otra ocasión comentaré, ahora platicaré de ellas; una fue la primera procuradora general de la República, otra fue la primera subprocuradora de Derechos Humanos y Servicios a la Comunidad de la extinta Procuraduría General de la República y la primera fiscal general de Justicia de la Ciudad de México.
Algo que salió como comentario fue que en el tema aún se cuenta con un solo dígito el número de mujeres que han ocupado en México un puesto en el sistema de seguridad, justicia, sistema penitenciario y en el ámbito de lo político; ya que por usos y costumbres, la mayoría han sido hombres.
Los temas pendientes en la procuración de justicia son transversales, tanto en el ámbito local como en el federal, y repercuten en la visión de la cercanía de la policía y de las fuerzas armadas como auxiliares del Ministerio Público y la coordinación con el sistema penitenciario y poder judicial a nivel local y federal; en lo particular, les comparto algunas reflexiones de qué considero hace falta en el ámbito de la procuración de justicia en las dos esferas competenciales y que valdrá la pena quizá apuntalar en la revisión que comenté la semana pasada en este espacio, respecto de la reforma constitucional del 2008 en la que se instauró el sistema de justicia penal adversarial. Los pendientes son:
· La homologación en nombre de la institución (procuraduría/fiscalía).
· La autonomía con coordinación política y presupuesto acorde a las necesidades ministeriales ya que en los últimos 20 años se ha invertido mucho presupuesto en la policía; dejando de lado la procuración de justicia.
· Armonización metodológica en la designación de la persona titular de las fiscalías y duración del encargo con la posibilidad de un periodo o no de reelección transexenal.
· Qué nivel de atención a las víctimas debe de tener la fiscalía en comparación con las comisiones especializadas en el tema.
· Qué estructura mínima homologada deben tener todas las fiscalías (áreas especiales, especializadas, de capacitación, género, derechos humanos, alto impacto, policías de investigación; todo aquello que permita dar identidad del tema y su función a la ciudadanía.
· Paridad en el mando y organización de las fiscalías.
· Similitud en la metodología o mejores prácticas, en servicios periciales (aún hay 3 entidades federativas que los centros médicos forenses están en manos de los poderes judiciales) falta aplicación de la ciencia y tecnología para el adecuado desarrollo de las investigaciones.
· Servicio adecuado, eficaz, eficiente, medible y para continuar con mejora en la capacitación, especialización, servicio civil, categorías, premios, ascensos y sueldos, prestaciones, etc.
De forma y fondo la procuración de justicia es garante de certeza jurídica, legalidad y gobernanza, considero que una instancia de coordinación y que en esta administración ha sido muy gris es la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia. Lo anterior es parte de una serie de ejercicios que debemos realizar propios y extraños, ya que, las instituciones, para que sirvan deben de ser transparentes en su actuación, función y manejo del presupuesto.
Nota al pie de página:
Digna de serie de Netflix lo ocurrido el jueves con Ismael El Mayo Zambada y Joaquín Guzmán López; muchos mensajes no tan entre líneas de parte de nuestros vecinos con coyunturas electorales en ambos lados del río Bravo.
¡¡¡Felicitación a las tres mexicanas que obtuvieron el bronce en las olimpiadas Paris 2024 en tiro con arco en equipo!!!