En este mes de convalecencia por una operación que me reafirmó como mujer y siendo testigo en primer plano de muchos actos de sororidad y solidaridad de familia, compañeros de trabajo y amigos, tuve la oportunidad de hacer varias cosas que quiero compartir y que nos pueden llevar a la reflexión de nuestro aquí y nuestro ahora.
En primer lugar, a cualquier problema hay que dar cara, es decir, hay que agarrar el toro por los cuernos; tomar decisiones resulta un poco complicado; pero si tenemos claro que lo primero es la salud, hay que atenderlo, de inmediato; eso nos permite seguir.
Lo segundo es cumplir con las indicaciones de los que saben, en el caso de una cuestión de salud, hacer lo que dicen los médicos y cuando uno es hiperactivo pues a hacer un plan; el cuerpo se debe poner en pausa, en reposo de muchas actividades, pues tiene que recuperarse. Cuando salí de la cirugía sentía que me había peleado los 12 rounds con El Canelo y Pacquiao juntos y sin meter las manos, que te quiten las entrañas duele y mucho, en lo físico, en lo emocional y en lo mental. Quienes me conocen saben que soy una persona de mucha plática; lo hago conmigo, me escucho y me hablo y pude darle las gracias a esa parte de mi cuerpo que me acompañó hasta aquí y hasta ahora.
Hice el plan de estar con alguien que me quiere y me cuida desde pequeña, es como una segunda mamá, mi Tía Muñe, que además es una extraordinaria enfermera, me ayudó con los primeros días postoperatorios, esos en los que caminar es bueno, pero agotador. Ya cuando ella no estaba, me ocupé en ver algunas películas, series y en leer varios libros que tenía pendientes y que sin querer en paralelo con las noticias y acontecimientos históricos, me hicieron ver que hoy por hoy es tiempo de mujeres, que cada una de nosotras somos parte de la otra, que así como cada una tiene una línea de ancestras a las que debemos de agradecer ser como somos y estar en donde estamos, todas las mujeres debemos ser sororas.
Justo con mi tía tuve pláticas de mi bisabuelita, de mi abuelita, de mis tías abuelas, de mi mamá y mis tías, de cómo hemos evolucionado y cómo todas tenemos algo de las otras, y creo que parte de este mensaje es el que me dejó haber leído a Madeline Miller en su obra CIRCE, si les gusta la novela y quieren entender el origen del feminismo, este libro es imperdible; me dejó una gran reflexión y sentimiento asociado a lo ocurrido el 2 de junio.
A varios días de la vorágine de la elección, tenemos a la primera mujer electa con una absoluta legitimidad por más de 35 millones de votos de ciudadanos, libres y que acudieron a las urnas a ejercer su derecho democrático; tengo el gusto y honor de conocer y haber trabajado con la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, a quien felicito por haber resultado ganadora, a quien me encantó escuchar en su discurso: “No les voy a fallar” y donde reconoce a los adversarios, en donde dice que va a gobernar para todos, incluso los que no votaron por ella, eso es hablar con perspectiva de Estado; en varios noticieros pasaron su semblanza, su biografía da cuenta de que no le han regalado nada, es una mujer de familia, de estudio, esfuerzo, de una generación que rompió con muchos paradigmas, ella es una CIRCE del ahora.
La frase de “llegó ella pero llegamos todas”, es por las muchas causas y luchas de muchas mujeres, de nuestras ancestras, que están permitiendo que ella sea la primer mujer en 200 años de la República en el México independiente en ocupar la titularidad del Poder Ejecutivo Federal; es un hecho histórico, rompe con un techo de cristal del pacto patriarcal. De forma y fondo: Claro que es tiempo de mujeres!!!
Nota al pie de página:
El jueves pasado la virtual presidenta electa dio a conocer a 6 integrantes de su gabinete, mi reconocimiento y felicitación a todas y todos con excelentes perfiles profesionales que sin duda le caen muy bien a México. Sobre todo, la licenciada Ernestina Godoy Ramos, quien será la abogada consejera de la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo.