La encrucijada de la oposición en México

22 de Noviembre de 2024

Sergio Uzeta
Sergio Uzeta
Comunicador y periodista con más de tres décadas de experiencia, destacando su paso por Noticias de Once TV y Radio Fórmula. Ha sido Director General de Notimex y Director fundador del Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Fue Gerente Corporativo de Comunicación Social en Pemex y Director de Información en la Presidencia de la República. Reconocido con el Premio Nacional de Periodismo, el Premio Pagés Llergo y el Micrófono de Oro, entre otros.

La encrucijada de la oposición en México

Sergio Uzeta - columnista

El panorama político en México cambió drásticamente tras las elecciones del 2 de junio pasado. Morena no sólo ha consolidado su poder al ganar la Presidencia de la República, sino que también ha asegurado la mayoría en las Cámaras de Diputados y Senadores, además de conquistar varios gobiernos estatales y obtener una influencia significativa en diversos Congresos locales. Este éxito electoral ha dejado a los partidos de oposición en una posición sumamente precaria, especialmente al PRI, PAN y PRD.

Ante este escenario adverso, la pregunta es: ¿Qué desafíos enfrentan estos partidos de oposición y qué caminos pueden tomar para intentar recuperar su relevancia en el espectro político mexicano?

Uno de los principales desafíos para los partidos de oposición es la necesidad de una renovación interna profunda. La debacle electoral no sólo se debe a la fortaleza de Morena, sino también a la incapacidad de los partidos opositores para conectar con el electorado. PRI, PAN y PRD deben reconocer que sus propuestas han quedado desfasadas y que les urge una reestructuración que les permita modernizarse y responder a las necesidades y aspiraciones de la ciudadanía.

Su renovación no debe limitarse a un cambio de liderazgo, sino que debe implicar una revisión profunda de principios, valores y estrategias. La fragmentación y falta de unidad han sido factores clave en su derrota, por lo que es imperativo que trabajen en la construcción de una plataforma común para que puedan presentarse como una verdadera alternativa.

La desconexión con las bases sociales es otro de los problemas que ha afectado a la oposición. La incapacidad para articular un mensaje que resuene con las preocupaciones de la ciudadanía ha llevado a una pérdida de confianza en estos partidos.

La narrativa que predomina entre muchos votantes es que el PRI, PAN y PRD representan un pasado de corrupción y privilegios, una percepción que ha sido hábilmente explotada por Morena.

En este proceso, la oposición debe trabajar en construir una relación más cercana y auténtica con los ciudadanos, enfocándose en problemas concretos y proponiendo soluciones viables. Esto implica adoptar un enfoque más inclusivo y sensible a las realidades locales.

El panorama actual exige que los partidos de oposición consideren la posibilidad de formar alianzas más sólidas y coherentes. La fragmentación y la falta de coordinación entre el PRI, PAN y PRD han debilitado su capacidad de presentar una oposición eficaz a Morena. Si bien en el pasado las alianzas han sido vistas con escepticismo, hoy parecen ser una de las pocas vías para intentar contrarrestar el dominio del partido en el gobierno.

Estas alianzas, sin embargo, deben ir más allá de lo electoral, y construirse sobre la base de una agenda común que refleje las prioridades y demandas de la ciudadanía. Demostrar que pueden ofrecer una visión alternativa para el país.

La oposición enfrenta también el reto de convertirse en una fuerza constructiva dentro del nuevo escenario político. La aprobación de reformas de gran calado, como la del Poder Judicial, requiere una oposición que, en lugar de oponerse sistemáticamente, esté dispuesta a participar de manera crítica y propositiva en el proceso legislativo.

Esto implica un cambio de actitud. No se trata de bloquear las iniciativas del gobierno por el simple hecho de ser oposición, sino de participar activamente en la mejora de las políticas públicas, buscando siempre el beneficio del país. Sólo así, los partidos de oposición podrán comenzar a recuperar la confianza de la ciudadanía y reivindicar su papel en la política mexicana.