Sensatez vs. intransigencia, los diálogos sobre el Poder Judicial

3 de Julio de 2024

Lourdes Mendoza
Lourdes Mendoza

Sensatez vs. intransigencia, los diálogos sobre el Poder Judicial

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Nada de sorpresas. El foro “Diálogos nacionales sobre la reforma constitucional al Poder Judicial” mostró de cuerpo entero a quienes intentan acabar con él por venganza y esbozan que no se moverá una coma al proyecto, pero también brilló una valiente defensa encabezada por algunos —sí, no todos— de los ministros de la Suprema Corte Justicia de la Nación, quienes dieron cátedra, dejando a más de uno con la boca abierta.

—Café doble—

Y es que la cosa no pintaba bien en el salón del protocolo de la Cámara de Diputados, luego de que el coordinador de Morena, Ignacio Mier, advirtiera que estarían dispuestos a escuchar, pero había temas irreductibles como la elección en las urnas de jueces, ministros y magistrados. Desde ahí la tensión aumentó.

Pero ante la intransigencia, llegó la sensatez de la mano de la ministra Margarita Ríos Farjat, quien planteando su preocupación por los riesgos de una reforma mal hecha, propuso un proyecto orientado a resolver problemas según la realidad, sin desarreglar lo que funciona, que sea económico y que se implemente con sencillez.

Además, se mostró abierta a fortalecer los poderes judiciales de los estados, así como las escuelas de formación judicial y las clínicas de asesoría jurídica gratuita; así como a incorporar en los poderes judiciales locales la figura de jueces mediadores.

“Sería de gran beneficio para la gente que cada estado contara con jueces de primera instancia elegidos por examen y que los magistrados que revisan en apelación fueran jueces ascendidos con la posibilidad de que la ciudadanía preparada participe en convocatorias públicas para integrar salas de constitucionalidad local”, dijo.

Ministros como Alberto Pérez Dayán expusieron que el voto popular de todos los puestos federales abre las puertas a la parcialidad: “La carrera judicial implica un servicio civil de excelencia; la militancia y el sufragio la desvirtúan y destruyen”, enfatizó. Y advirtió que las decisiones por arrebatos tienen consecuencias dolorosas y costosas.

En la misma sintonía de Ríos Farjat y Pérez Dayán, el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena destacó que “la independencia judicial es fundamental para lograr una cancha pareja en los tribunales”, al advertir una reforma mal hecha. Mientras que la ministra presidenta Norma Piña señaló que en la propuesta impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador “no debe pesar más la celeridad que la idoneidad”.

En su turno, el ministro Javier Laynez Potisek sostuvo contra viento y marea, que la mayoría de los juzgadores son honestos y competentes, al mismo tiempo que subrayó que el compromiso con la ciudadanía implica que los jueces actúen con total imparcialidad, apegados únicamente a la ley. Por su parte, Juan Luis González Carrancá propuso un mecanismo de evaluación para los juzgadores que demuestren un desempeño deficiente.

La sorpresa del foro la dio la ministra Loretta Ortiz, quien a pesar de su reconocida cercanía con el oficialismo, no defendió la reforma al Poder Judicial. Es más, destacó la necesidad de mantener la independencia de los jueces y que su selección se determine por su carrera y habilidades.

Y si todavía no tiene el ojo cuadrado y la ceja levantada, le cuento que la ministra plagiaria, Yasmín Esquivel, la misma que calló a la UNAM para que no hablara de su tesis, avaló el proyecto de reforma, y queriendo no quedar tan mal, matizó su postura al proponer una elección progresiva de juzgadores.

La ministra Lenia Batres, única ministra en la historia de nuestro país que ha sido elegida pese a su falta de idoneidad por el Presidente (AMLO) y no por el Senado, dijo que la iniciativa democratiza al Poder Judicial. Sí, ajá, y como si esto fuera lo importante; pero también dijo que la reforma garantiza que ningún juzgador gane más que el Presidente. ¡Les digo, de pena ajena!

Totalmente plegado al oficialismo, Ricardo Monreal aseguró que sí se pueden mejorar las iniciativas, pero que no van a desoír el mandato popular, pues “el pueblo nos otorgó el tener constituyente permanente”. O sea, los oímos, pero no les haremos caso.

En tanto, el presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados y coordinador de la bancada del PAN, Jorge Romero, afirmó que la oposición está dispuesta al diálogo y no enfocarán el debate en descalificar.

De sorpresa apareció Arturo Zaldívar, quien se atrevió a calificar al Poder Judicial de elitista y de castigar la pobreza, mientras que Norma Piña no daba crédito a lo que escuchaba.

Con todo, Ríos Farjat resaltó que de una reforma desde un enfoque desconfiado o egoísta no surge nada valioso ni transformador, y recordó que los juzgadores sirven a México con responsabilidad y capacidad.

“Esta generación de mexicanas y mexicanos debe saber que cuenta con instituciones sólidas, republicanas y democráticas, resultado de nuestra historia y del esfuerzo de nuestros antepasados”, expresó, así, clarito y sin mucho rollo.

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