El atentado del que fue objeto el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, debe poner en alerta a quienes están a cargo de la seguridad del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Aunque el jefe del Ejecutivo Federal diga hasta el cansancio que es el “pueblo bueno el que lo cuida”, lo importante es tener en claro que así como hay gente que sí lo quiere, también hay personas que no están de acuerdo con su forma de dirigir nuestro país.
Hay que tener presente que siempre existe algún desequilibrado que cree, como Thomas Matthew Crooks, tirador que logró herir en su oreja al expresidente Trump, que la violencia es la única forma de dirimir sus diferencias políticas.
Por lo tanto, es de suma importancia, que lo ocurrido en Pensilvania el pasado fin de semana sea analizado por autoridades en nuestro país para evitar un hecho de tal magnitud.
Es que no se puede ni imaginar un acontecimiento así en México, ya que golpearía con todo la economía y cientos de inversionistas harían todo lo posible por sacar su dinero del país.
Ya vivimos un episodio de este tipo en aquel 23 de marzo de 1994, cuando el entonces candidato del PRI a la Presidencia, Luis Donaldo Colosio, sufrió un atentado que le costó la vida durante un acto proselitista en Lomas Taurinas, en Tijuana, Baja California.
La noticia dio la vuelta al mundo y puso al país en vilo ante tan lamentable acontecimiento. A 30 años de distancia, el único detenido es Mario Aburto, como el hombre que disparó contra el candidato del PRI, aunque ahora la Fiscalía General de la República retomó aquella hipótesis de que existió un segundo tirador.
Lo ocurrido en Pensilvania no debe tomarse a la ligera en nuestro país por las dependencias encargadas de la seguridad del jefe del Ejecutivo Federal, así como de la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, sino todo lo contrario, deben actuar en consecuencia y redoblar los mecanismos de protección de ambos durante sus giras de trabajo.
En este contexto, el presidente Andrés Manuel López Obrador debe entender y ajustarse a las rigurosas medidas de seguridad que le impongan, en especial, porque en este momento es el hombre más poderoso en México y no quiero pensar lo que pasaría si llegara a sucederle algo.
Tomando en cuenta las propias palabras del presidente López Obrador, en el sentido de que un líder político y social debe garantizar la seguridad de los miles o millones de personas que lo apoyan, bien harían él y también la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, en alinearse a las directrices que ponen en marcha los encargados de su seguridad para que México siga viviendo en paz.
Los lamentables y cuestionados acontecimientos en Estados Unidos, pusieron en evidencia que aun los cuerpos de seguridad con mayor capacitación en el mundo, como es el Servicio Secreto, pueden ser vulnerados por todos aquellos que quieren dañar a una nación.
Afortunadamente, en este momento no estamos enfrentando las consecuencias de un magnicidio en Estados Unidos. Donald Trump sólo tuvo una herida leve en una oreja y perdió un zapato, que a él no le costará nada reponer.
En Cortito: El presidente municipal de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, fue ratificado el pasado 2 de junio por los ciudadanos para continuar otros tres años como alcalde, por lo tanto, debe cuidar no sólo el actuar de la administración pública, sino también la de algunos de sus funcionarios.
La que ha sido un lastre para el alcalde es Alicia Vázquez Luna, secretaria de Protección y Auxilio Ciudadano, por la falta de resultados en materia de seguridad pública.
Lo que es peor, es que gusta de colgarse del trabajo de otros y lo que es más grave, revelar información importante y exclusiva cuando existe una investigación en curso.
El pasado lunes, en una conferencia de prensa, sin que nadie se lo pidiera, la “flamante” secretaria Vázquez Luna dio a conocer detalles de los responsables del secuestro de un médico en Cuernavaca, y por todos los datos que reveló, puso en alerta a los presuntos responsables de este delito, que seguramente ya habrán huido de Morelos, todo gracias a Alicia Vázquez Luna.
El presidente municipal, José Luis Urióstegui Salgado, quien por cierto en su momento también fue procurador del estado, sabe y conoce del sigilo que debe guardar cualquier investigación de un delito de alto impacto y lo que debe de hacer es deshacerse de funcionarios mediocres que ponen en peligro su administración.