Elizabeth Rosemond Taylor nació en Londres, Inglaterra, el 27 de febrero de 1932 y murió en Los Ángeles, California, el 23 de marzo de 2011. Ella era conocida mundialmente como Elizabeth Taylor.
Fue una de las actrices más populares de su época; empezó a actuar antes de cumplir 10 años. Es reconocida por su espectacular y deslumbrante belleza, y también sumamente popular por su tormentosa vida privada, marcada por sus ocho matrimonios y un glamoroso estilo de vida.
Taylor ganó un par de premios Oscar a lo largo de su vida, lo que la consagró como una de las mejores actrices de su tiempo. Además, se convirtió en la mejor pagada al ser la primera mujer en cobrar un millón de dólares por su papel en la accidentada película Cleopatra, suma que se multiplicó al incluir en su contrato un porcentaje de las ganancias de ésta.
Elizabeth Taylor tuvo incontables problemas de salud, provocados en parte por conflictos en su vida personal. A lo largo de su vida fue hospitalizada más de setenta veces y al menos en 20 ocasiones fue intervenida quirúrgicamente, alimentando los titulares de los periódicos, que anunciaban erróneamente su inminente muerte.
Sus años de madurez los dedicó al activismo y a labores humanitarias en la lucha contra el Sida, impulsada principalmente por la muerte de Rock Hudson, uno de sus mejores amigos, colaborando con una sociedad dedicada a la investigación de esta grave enfermedad. Por este motivo fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1992. En resumen, un verdadero icono de Hollywood.
El documental producido por HBO Elizabeth Taylor, las cintas perdidas, estrenado mundialmente en el pasado Festival de Cine de Cannes, se suma al catálogo de Max. En él nos cuentan en la misma voz de Taylor detalles íntimos de la vida de la estrella de Hollywood. La película está basada en una serie de entrevistas con el reportero de Life, Richard Meryman, hechas en las décadas de 1960 y 1980, mientras la acompañaba en automóviles, hoteles y restaurantes, grabando su historia, como cuenta el mismo reportero. Gracias a la diferencia de tiempo entre las grabaciones, se nota la evolución personal de Taylor a través de los años, terminando en una historia cargada de optimismo de una mujer que, tras años de vicisitudes, logró encontrar el sentido de su vida gracias al activismo.
El documental, dirigido por la cineasta Nanette Burstein, nos muestra la compleja personalidad de Taylor, ya que no solamente fue una gran estrella de cine, sino también una mujer que se enfrentó cara a cara con el escrutinio de la prensa y el público, sin contar con el acoso sufrido por los paparazzi, fenómeno comparable en intensidad solamente con figuras de la talla de Michael Jackson, por citar un ejemplo.
También profundiza en cómo fue una de las primeras celebridades víctimas del sexismo mediático al ser juzgada por sus decisiones personales con especial saña, en comparación con sus compañeros actores.
Elizabeth Taylor, las cintas perdidas es un homenaje a una de las mujeres más emblemáticas en la historia de Hollywood, que se puede ver en MAX.