Gustavo Santoscoy: el nuevo “as” del tenis mexicano

26 de Diciembre de 2024

<b>Alfredo Castillo Cervantes</b>
Alfredo Castillo Cervantes
Abogado, politólogo y economista, con estudios de posgrado en administración y ciencias del deporte.

Gustavo Santoscoy: el nuevo “as” del tenis mexicano

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Hace 30 años, México tuvo su primer gran torneo con el Abierto Mexicano de Tenis que se desarrollaba en las instalaciones del Club Alemán en la CDMX. La altura de la Ciudad de México y otros factores originaron que el torneo tuviera que trasladarse al puerto de Acapulco, lo cual fue un acierto. En sus primeros años, el Abierto de Acapulco se jugaba en canchas de arcilla y era una gran oportunidad para tenistas argentinos y españoles especialistas en tierra batida. De esta forma, vimos ganar a tenistas como Agustín Calleri, Juan Ignacio Chela, Nicolás Almagro o Pablo Horna, quienes si bien es cierto no fueron irrelevantes, tampoco llegaron a brillar en alguna otra arena de importancia.

En sus inicios en Acapulco, la final se jugaba el domingo con sol, y en muchas ocasiones ante dos jugadores desconocidos, por lo que muchos espectadores ante el hecho de tener que regresar a laborar el lunes, optaban por vender y en ocasiones rematar sus boletos para el día que se supone debería ser el más importante del torneo.

Con el tiempo, el Abierto de Acapulco evolucionó, la final se empezó a jugar el sábado por la noche, se abandonó la idea de combinar el draw de hombres y mujeres, ya que el de las mujeres era de un nivel muy inferior a comparación con el de los hombres (quitaba muchos partidos en el estadio principal), pero sobre todo, el gran cambio llegó cuando a partir de 2014 se empezó a jugar en canchas duras.

Jugar en esta superficie permitió que en lugar de contar con un draw con una mayoría de tenistas especializados en arcilla que venían de jugar toda una gira previa en polvo de ladrillo en Sudamérica, fuera sustituido ahora por las principales raquetas del mundo que querían llegar bien preparados para los Masters 1000 de Indian Wells y Miami.

De esta forma, y después de muchos cambios, el Abierto de Acapulco se convirtió en uno de los mejores torneos del mundo, pero para llegar a esto se necesitaron muchos años, sacrificios y cambios constantes.

Cuando se analiza todo esto, la apuesta para cualquier otro empresario de iniciar una travesía igual lucía poco probable y de un enorme riesgo, ya que prácticamente les tomó una generación a los organizadores del Abierto de Acapulco el llevarlo al nivel que tiene ahora.

Por todo lo anterior, es digno de admiración la historia de Gustavo Santoscoy, un visionario empresario quien en menos de cinco años ha construido un imperio en el mundo de tenis femenil a nivel profesional.

A partir de 2019 Gustavo Santoscoy comenzó con un WTA125 en Zapopan, dos años después en el 2021 ya tenía un WTA250 y consiguió lo inimaginable tener un WTA FINALS que no es otra cosa que juntar a las ocho mejores tenistas del mundo en el torneo que coloquialmente se le conoce como el Masters Final.

Para el 2022 y 2023, Santoscoy trajo a México por primera vez un 1000, algo que para que el lector pueda tener una mayor referencia, solo existen nueve en el mundo (Montecarlo, Shanghái, Indian Wells, Miami, París, Madrid, Roma, Toronto y Cincinnati en la rama masculina) lo cual implica contar en la misma semana con los mejores 50 tenistas del mundo.

Hoy por hoy, Gustavo Santoscoy ha realizado absolutamente todas las categorías que puede tener un torneo profesional de mujeres, ya que ha hecho 125, 250, 500, 1000 y el WTA Finals en dos ocasiones (de hecho el último WTA Masters Final se llevó a cabo en 2023 Cancún, dándole una enorme proyección a la Rivera Maya). Ahora sí que lo único que le faltaría sería un Grand Slam, algo que es imposible porque están totalmente definidas sus sedes a nivel histórico (Australia, Roland Garros, Wimbledon y el US Open).

El poder manejar tantos torneos de diferentes categorías le ha permitido a Gustavo Santoscoy tener un margen de negociación importante para poder otorgar los famosos Wild Card a jugadoras promesa de diferentes partes del mundo, lo cual además de los seis torneos que maneja al año Gustavo Santoscoy, le da condiciones para solicitar uno o más en otras partes del mundo.

Consciente de este enorme poder de negociación, Gustavo Santoscoy sabe que si tiene una tenista mexicana que destaque a nivel profesional, puede tener un imán de taquilla, tal y como lo es hoy Checo Pérez para el mundo del automovilismo. Es por ello qué para el WTA500 que tuvo esta semana que acaba de terminar en Guadalajara, Santoscoy lanzó un programa piloto que fue un éxito rotundo: el Future Stars.

¿Qué es el Future Stars? Es ni más ni menos que la realización de un torneo de invitación de las cuatro primeras sembradas a nivel nacional, más cuatro cartas de invitación, a futuras promesas del tenis femenil que hoy se destacan en la categoría de 12 y 14 años y menores.

Estas 16 tenistas, vivieron la misma experiencia o dinámica que tienen las profesionales cuando juegan un torneo de esta categoría: las hospedaron en un hotel de cinco estrellas con los alimentos incluidos, con transportación hotel-estadio-hotel todos los días, tuvieron acceso ilimitado al comedor y a la zona de estancia de jugadoras dentro del complejo tenístico sede del torneo, así como a la zona VIP contigua al estadio principal que les permitía ingresar pero no sólo a la zona de palcos, sino a nivel de cancha, literal junto a los entrenadores de las jugadoras que competían en ese momento.

Ya a nivel deportivo o de competencia, las futuras stars del deporte jugaron en las mismas canchas que se utilizaron para el torneo, con boleros, juez de silla con micrófono y con la tecnología de “ojo de halcón” permanente, ya que el WTA500 de Guadalajara es el único torneo en toda América Latina que no utiliza jueces de línea sino que toda la marcación de pelotas se hizo de manera automatizada.

Y por si todo esto fuera poco, la campeona y finalista de cada categoría fueron premiadas en las mismas condiciones que lo tuvieron las profesionales: en el estadio principal con público, con su trofeo, sombrero de charro mexicano, fuegos artificiales y a la par de las ganadoras del torneo de dobles.

Y para la premiación de la gran final de singles, estas futuras campeonas estuvieron en la cancha junto a las autoridades, organizadores y patrocinadores del torneo, saliendo en televisión a nivel nacional e internacional.

¿Qué niña que vivió esto a sus 10, 12 o 14 años no va ahora a esforzarse al máximo por este sueño que durante toda su etapa previa solo pudo ver en televisión? Gustavo Santoscoy fue muy cuidadoso para que no hubiera una sola diferencia entre lo que tenían las profesionales y las “future stars”, llegando inclusive al extremo de ingresarlas a las instalaciones por el estacionamiento exclusivo de jugadoras, con chofer y vehículos de la organización, así como ser asistidas con sus maleteros de raquetas y ropa por personal de staff.

Y si a esto le sumas que además fueron entrevistadas para ESPN con la mismísima Carolina Guillén de ESPN, que convivieron con José Luis Clerc, el famoso “Batata” quien no se cansó de ser abordado por todos los aficionados para que hiciera su famoso grito de “¡Qué lindooo!” y que pudieron entrenar al lado de Renata Zarazúa, la mejor tenista mexicana en estos momentos.

El compromiso de Gustavo Santoscoy es replicar este concepto de Future Stars en los años subsecuentes para que en un lapso de cinco o seis años pueda tener a una de estas pequeñas como una realidad recibiendo su primer Wild Card para un torneo de esta envergadura, y por qué no decirlo, estar lista y preparada para ganarlo.

Si Gustavo Santoscoy hizo maravillas con el Future Stars imagínense lo que fue el torneo a nivel profesional. Con una logística de reloj suizo, los aficionados que estuvieron la semana pasada en Guadalajara vivieron más que un partido de tenis, una experiencia en todos los sentidos. Había partidos desde la mañana hasta la noche, para terminar todos los días con un concierto en su área Fest.

Y como dije anteriormente, Gustavo Santoscoy hizo en menos de cinco años lo que a otros les ha tomado una generación o una vida. Y es solo el comienzo, imagínense lo que nos depara el futuro para todos los amantes del tenis en México.