Kamala Harris, ¿la próxima presidenta de Estados Unidos?

9 de Septiembre de 2024

Karla Doig
Karla Doig

Kamala Harris, ¿la próxima presidenta de Estados Unidos?

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El expresidente Donald Trump nunca imaginó que las elecciones tomarían un giro inesperado, con una ola perfecta que sacudiría su candidatura. Mientras se encontraba en la cúspide, mostrando una actitud victoriosa tras el atentado que sufrió en Pensilvania, un nuevo hito histórico estaba a punto de marcar estas elecciones: la llegada de la demócrata Kamala Harris, que emerge como una amenaza real a su posible triunfo.

En una decisión ejemplar y cargada de patriotismo por su nación, el presidente Biden cede su lugar y respaldo a su vicepresidenta, quien ha logrado a ritmo de vértigo un récord de recaudación de 310 millones de dólares para su campaña. Además, cuenta con el respaldo de votos de los demócratas, incluyendo a figuras previamente indecisas como los gobernadores J.B. Pritzker de Illinois y Gretchen Whitmer de Michigan, para ser la próxima candidata.

Esta decisión crucial ha iluminado una campaña opacada por la presencia de dos contendientes de edad avanzada en la carrera presidencial de Estados Unidos. Como mencionó Nikki Haley en enero: “El partido que retire a su candidato de 80 años será el que triunfe en estas elecciones”. La determinación de Biden resultó acertada al elegir a una mujer 20 años más joven que su oponente, con una extensa y destacada trayectoria política, carácter, carisma y valentía, logrando entusiasmar a una gran parte de la población estadounidense y sacudir los cimientos de la candidatura de Donald Trump.

Las declaraciones de Trump lo han dejado en evidencia. El “golpe técnico de Estado” estratégico, como lo llamó JD Vance al referirse al respaldo a Kamala, revela cierto temor ante su ascenso. Trump ha intentado desacreditarla con apodos como “candidata del DEI”, cuestionando su origen racial y burlándose de su risa, insinuando que es una marioneta de donantes demócratas y líderes del partido. La misoginia de Trump no es ningún secreto para nadie y podría convertirse en un obstáculo debido a la erosión de su imagen y al avance del feminismo y el papel de las mujeres en la sociedad actual.

Mientras Trump sigue siendo Trump, Kamala Harris crece en las encuestas a pasos agigantados. Según la última encuesta de Bloomberg News/Morning Consult, Harris cuenta con el respaldo del 48% de los votantes, frente al 47% de Trump en los estados clave que serán determinantes en las elecciones de noviembre próximo. La vicepresidenta ha logrado superar a su contrincante en estados como Arizona y Nevada, con una ventaja que duplica en Michigan.

La actitud desafiante de Kamala Harris ha sido una constante en su trayectoria. Recientemente, la vimos retar a Trump de manera audaz al declarar en un mitin electoral que si él tenía algo que decirle, como reza el refrán, que viniera y se lo dijera en la cara.

Kamala encarna un fenómeno sin precedentes al que Trump no se había enfrentado hasta ahora. Su perfil fresco, juvenil, valiente y carismático ha despertado un entusiasmo notable, especialmente entre la población joven, afroamericana y, sin lugar a dudas, en el sector femenino.

La elección de la fórmula será crucial. Mientras Trump optó por JD Vance, un hombre que ha sido objeto de múltiples críticas, y que ha llegado a calificar a las mujeres sin hijos como un peligro, Kamala tiene la oportunidad de nominar a alguien más popular e inclusivo para seguir avanzando.

En el mismo tenor, los logros de esta administración han sido notables, especialmente durante la pandemia. Se brindó un apoyo económico de más de 1.9 billones de dólares a las familias afectadas por el Covid-19, se crearon 15 millones de empleos y se registró una caída sin precedentes en la tasa de desempleo. Además, se aprobaron leyes fundamentales en el Congreso, como la de energía. La reciente captura del narcotraficante más prominente, el Mayo Zambada, representa una victoria histórica que Kamala deberá liderar con su propio sello distintivo.

En un escenario político marcado por la incertidumbre y competencia feroz, las reglas del juego podrían cambiar. Al parecer, las porras del “Yes We Can, Yes We Did it” con el triunfo de Obama en 2009 podrían multiplicarse este próximo noviembre ante las desgastadas estrategias de Trump y la táctica de Kamala de ir hacia adelante, con determinación, inteligencia y aplomo, pudiera llegar a ser la primera presidenta de la potencia más grande del mundo.