La familia real británica nunca ha sido ajena a todo tipo de especulaciones y escándalos. En las ultimas semanas, una prolongada ausencia de la Princesa de Gales, Kate Middleton, dio inicio a un nuevo arco que tendría como componente una trama más propia de la serie Black Mirror que de The Crown: Las imágenes generadas con Inteligencia Artificial.
Millones de usuarios de Internet alrededor del mundo saltaron a descubrir los errores de edición que sugerían que una imagen publicada por la monarquía británica estaba claramente editada por Inteligencia Artificial. Finalmente la princesa tuvo que admitir la edición en redes sociales, pero el daño estaba hecho. La Inteligencia Artificial está siendo utilizada para manipular la opinión publica hasta en los más altos círculos de la monarquía más importante del mundo.
La corona británica tiene sus propias reglas y podría hasta parecer inofensivo que utilizaran (ellos o sus asesores) herramientas de Inteligencia Artificial para conservar su popularidad. Pero si trasladamos estas practicas a la arena democrática, sobre todo en tiempos electorales, las implicaciones son verdaderamente alarmantes. ¿Se imaginan el impacto que tendría en el electorado una fotografía que probara, por ejemplo, los vínculos de un político con el crimen organizado en México?
Los riesgos del mal uso de la Inteligencia Artificial en la política no son desconocidos. Desde el 2012, y en la campaña para la reelección de Obama se hablaba de algoritmos y big data, y en México de “peñabots ”. Luego llegó la era de Trump, los espías rusos y las fake news. En 2018, Mark Zuckerberg, el director de Meta, compareció frente al Senado por el escándalo de Cambridge Analytica y este año fue llamado a comparecer el CEO de TikTok al Congreso. Todos tienen un factor común: el uso de tecnologías emergentes para influir en la opinión pública y por ende, en el ciudadano elector.
Las imágenes, audios y hasta videos generados por Inteligencia Artificial están tomando un papel protagónico en la difusión de contenido con información falsa. Artistas, celebridades y empresarios ya han sido afectados por esta tecnología y los daños van desde la suplantación de identidad, daño a la propiedad intelectual e incluso extorsiones por material pornográfico generado por IA.
El uso indiscriminado de esta herramienta alcanza su punto mas alto en vísperas de las elecciones generales en nuestro país y pocos meses después, en nuestro vecino del norte. No sería arriesgado suponer que con un ambiente democrático que se ha ido convirtiendo en un concurso de señalamientos, calumnias y descalificaciones, el siguiente blanco ideal para comprobar el poder de manipulación de esta tecnología sea precisamente la contienda electoral.
Sólo queda ser precavidos y hacer valer nuestra inteligencia humana frente a la manipulación y el engaño. Dicen que una imagen vale mil palabras, pero hasta ahora ninguna imagen generada por Inteligencia Artificial ha logrado engañar a millones de usuarios humanos indignados y en búsqueda de la verdad.