En un giro sorpresivo, ilegal y sin precedentes en las relaciones exteriores, el gobierno de Ecuador perpetró, el pasado 5 de abril, un asalto contra la Embajada de México en Quito. Este incidente no sólo puso las relaciones bilaterales en el peor punto en toda la historia, sino que también reposicionó el liderazgo diplomático de México, al cierre del sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
La reacción al asalto fue inmediata y resonante, tanto en México como en la comunidad internacional, las voces se alzaron para condenar al gobierno de Ecuador y las implicaciones de este acto fueron más allá de una mera disputa bilateral, ya que pusieron a prueba los principios de soberanía y respeto entre naciones.
A nivel nacional, el evento reavivó el sentimiento de unidad y defensa de la soberanía, uniendo a toda la clase política entorno a la diplomacia mexicana, algo no visto hace mucho tiempo.
En lo internacional, se construyó un gran frente internacional liderado por nuestro país, en donde más de 30 naciones manifestaron su respaldo a México, de la misma forma que organismos internacionales como la Organización de Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos, e incluso Venezuela confirmó el cierre de su Embajada en Quito como consecuencia de esta violación.
Sin duda, la reacción de la diplomacia mexicana a este incidente es visto como una victoria del presidente López Obrador quien, en este particular episodio, ha dejado sin armas a sus críticos en materia de política exterior. La firme respuesta de la Cancillería y la capacidad de aglutinar apoyo internacional reflejan madurez, experiencia y decisión frente a la violación de nuestra representación.
La caída de la Embajada de México en Ecuador es un episodio bochornoso e indignante en las relaciones bilaterales con ese país, pero se ha convertido en un catalizador que podría definir el legado diplomático de López Obrador, a medida que su administración se acerca a su fin,
fortaleciendo su posición hacia el exterior y su capacidad para liderar en la arena internacional.
CARLOS SAAVEDRA.
Lic. en Relaciones Internacionales
Secretario de Relaciones Internacionales de la CATEM
*La opinión vertida en esta columna es a título del autor.