Al hablar de protector o bloqueador solar, muchos piensan que sólo se usan en la playa. Sin embargo, los especialistas recomiendan proteger la piel de los rayos ultravioleta (UV) diariamente, en cualquier lugar.
Los principales daños causados por una exposición prolongada incluyen quemaduras, arrugas prematuras, queratosis y, en casos extremos, cáncer de piel.
A menudo, se asocia el uso de protector solar con vacaciones en la playa y mucho sol, pero es importante utilizarlos también en la ciudad para proteger la piel y prevenir el envejecimiento prematuro.
Diferencia entre protector y bloqueador
El protector solar, también llamado filtro solar, protege la piel de las radiaciones solares excesivas, como los rayos ultravioleta, la luz roja o azul, formando una barrera entre la piel y estas radiaciones.
En el caso de los protectores, filtran las radiaciones más dañinas, pues permiten el paso de cierta radiación pero protegen de las más perjudiciales.
En cuanto a los bloqueadores o pantallas solares, bloquean completamente el paso de las radiaciones hacia la piel, actuando como una barrera que impide la penetración de la radiación.
Estos productos suelen contener polvos conocidos como filtros minerales, que pueden dejar una película blanca en la piel desde el punto de vista cosmético.
El mejor para ti
Protector solar: Es adecuado para el uso diario y en situaciones de exposición solar moderada. Puedes buscar cremas, maquillaje, sueros y otros productos para el cuidado de la piel que contengan factor de protección solar (FPS).
El bloqueador solar es más apropiado en situaciones de exposición solar intensa o prolongada, como estar en la playa, practicar deportes al aire libre o en regiones con alta radiación ultravioleta (UV). Por ello, es recomendable proteger tu piel incluso si la mayor parte de tu actividad diaria se realiza en interiores, especialmente frente a la computadora. ¿Por qué? Porque la luz azul emitida por los dispositivos puede dañar la piel, causando sequedad, manchas o arrugas. Por ello, es importante buscar cremas o productos que contengan protector solar.
Luz ultravioleta y luz azul
La luz ultravioleta afecta directamente el ADN de las células, mientras que la luz azul comienza a dañar a nivel celular al destruir el colágeno mediante el estrés oxidativo. Un químico en la piel llamado flavina absorbe la luz azul. Durante la absorción, se produce una reacción que genera moléculas inestables de oxígeno (radicales libres) que dañan la piel, creando agujeros en el colágeno.
¿Qué es el FPS?
Éste indica el tiempo que puedes estar expuesta al sol sin quemarte. Por ejemplo, si tu tipo de piel es clara, lo adecuado es usar un protector FPS 50+, con el que tardarías más de cuatro horas en broncearte.
Por ello, los dermatólogos recomiendan reaplicar el protector solar después del baño o cada cuatro horas como máximo, ya que parte del producto se pierde por el sudor, el agua o con el contacto con la toalla.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el protector solar debe aplicarse sobre la piel seca al menos 30 minutos antes de la exposición al sol para que se absorba y actúe mejor.
Este producto debe aplicarse de manera generosa en todo el cuerpo, incluyendo orejas, cuello, labios, codos, manos, pies y cuero cabelludo.