Viaje animal sin restricciones

5 de Octubre de 2024

Viaje animal sin restricciones

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Fotos: Francisco Castillo/La-Lista

Luis López fundó Taxi Animalista por amor a los perros, pero también porque detectó una necesidad de traslados que nadie atendía a precios accesibles; la red –que trabaja en CDMX y estados cercanos– no discrimina y ha llevado gatos, gallos y hasta cabras

Es la 1:00 de la mañana y Luis recibe una llamada para un traslado de emergencia. Sin dudarlo, se levanta de la cama y corre a encender el auto. La ubicación no queda cerca, pero acelera para llegar a tiempo. Una vez en el punto, descubre que al herido le cortaron las extremidades. Con precaución y dominio, lo sube a su taxi y, en 20 minutos ya están todos en el hospital veterinario.

Así es una jornada de trabajo en el Taxi Animalista, un transporte de 24 horas que opera en la Ciudad y el Estado de México y con el que los integrantes de la red ofrecen su servicio a rescatistas para el traslado de perros enfermos, heridos o en situación de calle.

Luis López, fundador de esta red, cambió a los pasajeros de dos piernas por los de cuatro patas. Hace una década descubrió que era casi imposible hallar un transporte seguro para las mascotas y los perros rescatados, y sin pensarlo demasiado decidió renovar su negocio.

›“Me di cuenta de que se discriminaba a quienes querían viajar con un perro herido, que por el olor, que por el ruido, que porque ensuciaba los asientos, y entonces me animé a hacerlo yo. Hay un mundo de rescatistas allá afuera que necesita de este servicio”, dice.

Durante cinco años sólo fueron él y su taxi, pero en 2019 convenció a otros colegas de unirse a su causa. Los capacitó y les enseñó a dar un servicio especializado, desde el rescate hasta la entrega en un lugar seguro. Les enseñó a cargar, a calmar y a tratar a un animal herido, ya fuera un gato o un perro.

“Ellos ya tienen ese sentimiento de ayudar también. Hay veces en que hemos ido a la una de la mañana por un pasajero perruno; ellos saben que (la desvelada) es para ayudar a que se recupere”, dice.

A la red se sumaron Antonio Herrera y Carlos Rivera. En 2022 también lo hizo el hijo de Carlos, Marco Rivera, quien ya lleva dos años y medio trabajando con el equipo, pese a que originalmente le tenía miedo a los perros.

Luis siempre supo que su destino estaba ligado al de los animales. Su abuela le inculcó este amor desde que era pequeño, porque la veía alimentar a los perros que llegaban de la calle. Cuando se casó, mantuvo esta costumbre familiar y, finalmente, junto a su esposa incluso abrió un refugio para perros agresivos.

Hoy buena parte de sus ganancias las invierte en dicho refugio y, desde su hogar, coordina los traslados para los viajeros perrunos, aunque a su taxi puede subir prácticamente cualquier ser vivo.

“Hemos transportado desde puercos hasta gallos o gallinas, y cabras, de todo tipo. Lo que pueda entrar en el carro, nosotros lo llevamos (...) Y hemos rescatado hasta diez perros de un antirrábico en un solo día”, recuerda Luis.

Los siete días de la semana

Tino estaba nervioso cuando dejó la peluquería y sus temblores lo delataban. En teoría, estaba listo para una sesión de fotos, y lo único que le hacía falta era su transporte cinco estrellas. Marco, el conductor, llegó puntual a la colonia Presidentes Ejidales, en Coyoacán, y lo ayudó a subir al taxi. Su amiga abordó después de él y, en cuestión de cinco minutos, los tres viajaban a salvo con dirección al parque.

Tino y Tina son dos perritos rescatados a los que el Taxi Animalista llevó de la veterinaria al parque. Esta clase de viajes también son parte de la rutina de la red de taxistas, que opera los siete días de la semana.

Cada colaborador lleva al interior de su cajuela unas lonas, un par de guantes, correas, productos de limpieza, desinfectante, transportadoras y todo lo necesario para la comodidad y seguridad de sus pasajeros.

Si los choferes no tienen un viaje programado, inician su día trabajando en el taxi de manera regular, con personas, y mantienen comunicación en caso de que surja una solicitud.

Las rutas las dividen dependiendo de dónde están localizadas las unidades. Luis, el fundador de esta red, habla con los clientes, coordina las rutas y cotiza el traslado. Quien está más cercano al punto brinda el servicio, lo que permite que la tarifa sea más accesible.

“Como son taxis, tenemos la facilidad de que ellos puedan andar por toda la ciudad. Cuando sale una emergencia, ubicamos al auto más cercano y es a quien mandamos. Cuando son viajes programados, (ellos) se van acercando al lugar y eso nos facilita a nosotros tener un precio más accesible, porque existen muchos taxis para mascotas que cobran más. Nosotros tenemos la facilidad de acortar los gastos de gasolina”, afirma Luis López.

Los clientes que más solicitan el servicio son rescatistas, pero cualquiera puede llamar al Taxi Animalista y pedir que traslade a su mascota de un lugar a otro.

Mil 800 km de viaje

El viaje más largo del Taxi Animalista ha sido de Sonora a la Ciudad de México, cerca de 1,800 kilómetros recorridos tan solo de ida. Una clienta de Sonora tomó la decisión de mudarse a la capital mexicana, pero no estaba dispuesta a enviar a su perrito en la bodega de carga de un avión. Nadie quería llevarlos, por la distancia o porque el perro “podía causar destrozos”; la red fue la única que aceptó el reto.

“Nosotros no discriminamos. Sabemos a lo que nos atenemos. Nos ha pasado de todo, sabemos que el perro llega a morder las fundas de los asientos, que puede vomitar e incluso hacerse del baño, pero asumimos ese costo”, indica Luis López.

La red opera en la zona metropolitana del Valle de México, pero también brinda servicios en entidades aledañas y hace excepciones con quienes lo necesitan.

Además, tiene la opción de que las mascotas viajen en solitario, como Tina y Tino; en compañía, como el perrito ahora sonorense, o que el taxista arribe en solitario a completar un rescate por encargo. Eso dependerá de quien lo contrate.

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Luis López decidió combinar su amor hacia los animales con el servicio de transporte.

Evidencia de resguardo.JPG

Después de un rescate, Antonio, Carlos y Marco toman video y fotografías del pasajero y las envían como evidencia de que el animal ya está bajo resguardo.

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Tina viaja a bordo de una de las unidades de Taxi Animalista, un emprendimiento creado por Luis López