Ven nueva era en las relaciones Estados Unidos con América Latina si gana Harris

De llegar a la Casa Blanca, Kamala Harris podría aportar una visión renovada y progresista a las relaciones de Estados Unidos con América Latina, al dar prioridad a las agendas de protección a los derechos humanos y el cuidado al medio ambiente, pero también estaría en posición de exigir a países como México acciones más enérgicas para combatir a los grupos criminales.

Tales planteamientos fueron expuestos durante un foro organizado por The Dialogue, una organización interamericana que hace investigación sobre democracia y Estado de derecho, donde se analizó la reciente nominación de la vicepresidenta Harris como candidata a la presidencia de Estados Unidos y contrincante del republicano Donald Trump.

“Una presidencia de Harris podría aportar una visión progresista a las relaciones de Estados Unidos con las Américas, centrándose en cuestiones contemporáneas críticas para la región. Su trayectoria como vicepresidenta, senadora y fiscal general de California, en particular su compromiso con la justicia, la migración y los derechos humanos, se alinea estrechamente con los desafíos que enfrentan América Latina y el Caribe”, opinó María José Espinosa Carrillo, directora ejecutiva del Centro para la Democracia en las Américas.

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Al respecto, Vanda Felbab-Brown, investigadora principal de política exterior en Brookings Institution, puntualizó que las acciones enérgicas de Harris contra los grupos del crimen organizado mexicano en California durante su mandato como fiscal general del estado la posicionan bien para ser “dura” con México en cuestiones de aplicación de la ley.

“Después de haber votado en contra del Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC) en 2020 debido a las preocupaciones sobre la protección de los derechos ambientales y laborales, Harris tendrá varias oportunidades, como la revisión del T-MEC en 2026, para romper con la camisa de fuerza migratoria, que subordinaba todos los demás intereses estadounidenses en México a la migración”, abundó Felbab-Brown.

“Puede exigir acciones policiales más enérgicas de México mientras mantiene su oposición a los llamados republicanos a usar la fuerza militar contra los cárteles. En general, es poco probable que las políticas de Harris hacia América Latina se desvíen significativamente de las de Biden: apoyará la democracia, los derechos humanos, el desarrollo económico y la protección del medio ambiente, al tiempo que se opondrá a las nefastas actividades de Rusia en la región y competirá allí con China”, argumentó.

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En su oportunidad, Stephanie Brewer, directora para México de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, planteó que la vicepresidenta Harris nunca fue la “zar de la frontera” de la administración Biden; sin embargo, ha liderado la estrategia diplomática para abordar las causas profundas de la migración en Centroamérica, centrándose principalmente en aumentar la inversión privada y las oportunidades de empleo en el Triángulo Norte.

“Desde 2021, los migrantes de Guatemala, El Salvador y Honduras se encuentran entre los pocos cuyo número ha disminuido en la frontera entre Estados Unidos y México, aunque es difícil vincular esto con la estrategia de causas profundas, que es necesariamente un esfuerzo a más largo plazo. La asistencia estadounidense para abordar las causas de la migración probablemente continuaría bajo una administración Harris”, agregó.

Para tener éxito, concluyó, tales esfuerzos deben enfatizar no sólo el crecimiento económico (garantizando que el crecimiento reduzca la desigualdad), sino también el estado de derecho y los derechos humanos. Estos objetivos enfrentan diversos obstáculos, ya que Estados Unidos y otros gobiernos deben unirse con socios confiables en el país si quieren impulsar una respuesta integral a la migración forzada.