De los dos principales candidatos a la Casa Blanca, sólo uno va a misa el domingo: Joe Biden, que es católico. Pero, en contraposición, es Donald Trump quien vende biblias, se compara con Jesucristo y se hace pasar por defensor de la Pascua.
A través de su portavoz Karoline Leavitt, el republicano pidió que el presidente Biden se disculpara después de que su gobierno declarara el 31 de marzo como “día de visibilidad de las personas transgénero”.
Este año, el 31 de marzo coincidió con el Domingo de Resurrección y el aparato trumpista no ha dejado pasar la oportunidad para afirmar que el demócrata “declaró el Domingo de Pascua día de las personas transgénero”, según ellos “una blasfemia”.
Los “trans” o Dios
El candidato republicano ha sido secundado por varias personalidades de ese partido bajo el lema “Make America Great Again” (“Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo”), incluido su hijo.
“Esta es la nueva religión de la izquierda. Quieren que la gente dé gracias a la bandera transgénero en lugar de a Dios. Hay que detenerlos”, escribió Donald Trump Junior.
Este lunes Joe Biden y su esposa asistieron a la tradicional carrera de huevos en el jardín de la residencia presidencial.
El juego infantil, que se practica con una cuchara, consiste en empujar un huevo sobre el césped, en presencia de un conejo gigante, símbolo de la Pascua en Estados Unidos.
Pero incluso estos huevos inocentes, decorados por niños pequeños como parte de una fiesta supervisada por la primera dama, se vieron inmersos en la controversia.
Huevos de la discordia
“Es consternador e insultante ver que la Casa Blanca de Joe Biden ha prohibido a los niños hacer motivos religiosos en los huevos”, atacó Leavitt.
Elizabeth Alexander, directora de comunicación de Jill Biden, replicó que las instrucciones para decorar los huevos de Pascua no han cambiado en 45 años.
Ha quedado claro que cualquier tregua pascual en la campaña electoral es ilusoria.
Donald Trump publicó durante el fin de semana una avalancha de mensajes mordaces, a veces escritos en mayúsculas, como acostumbra, dirigidos a sus destinatarios habituales, incluido el fiscal especial Jack Smith encargado de investigar su presunto intento de revertir el resultado de las elecciones presidenciales de 2020.
Biblias a 60 dólares
Por el contrario, Biden marcó la festividad más importante del cristianismo, que conmemora la resurrección de Jesús según la teología, con un sobrio mensaje de unidad.
Aproximadamente dos tercios de los adultos se identifican como cristianos en Estados Unidos, un país cuyo lema nacional es “En Dios confiamos”.
“La Pascua nos recuerda el poder de la esperanza y la promesa de la resurrección de Cristo”, escribió el presidente demócrata.
En términos más generales, los observadores notan una tendencia de Trump a recurrir más a la religión, en mítines cada vez más mesiánicos, en los que vende las famosas gorras rojas que dicen “Jesús es mi salvador, Trump es mi presidente”.
El martes pasado, el exmagnate anunció una asociación destinada a vender biblias, a un precio de 60 dólares por unidad.
Esta estrategia no es nueva para el septuagenario, a quien sus seguidores consideran “crucificado” por un sistema judicial corrupto. En 2016 y 2020 contó con el apoyo electoral de los evangélicos.
Durante su reciente comparecencia ante el tribunal de Nueva York, dedicada a las acusaciones de fraudes financieros de su imperio inmobiliario, el republicano volvió a publicar un retrato judicial en el que aparece sentado en la sala de la corte al lado de Jesucristo. MAAZ
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