Este lunes, trabajadores del Poder Judicial de la Federación iniciaron un paro indefinido en varias partes del país en respuesta a la reforma judicial propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador. La reforma, que se discute actualmente en el Congreso, ha generado una fuerte oposición entre los empleados del poder judicial, quienes argumentan que las modificaciones propuestas afectarían negativamente a la independencia y eficacia del sistema judicial.
En Tlaxcala, por ejemplo, los trabajadores del Poder Judicial clausuraron simbólicamente sus oficinas, colocaron cadenas y pancartas, y anunciaron una suspensión indefinida de labores hasta que se atiendan sus demandas. En Aguascalientes, cerca de 500 empleados iniciaron un paro escalonado en dos sedes distintas, exigiendo una reconsideración de la reforma que planea reducir el presupuesto y modificar el proceso de selección de jueces y magistrados.
Una escena similar se repitió en Nuevo León, donde los manifestantes, en Monterrey, se unieron al movimiento con consignas que rechazan la elección popular de jueces, una medida que consideran riesgosa para la imparcialidad del sistema judicial. Los trabajadores de Chiapas también se sumaron al paro, criticando la reforma por atacar sus derechos laborales y comprometer la justicia.
Por otro lado, en Morelos, los 850 trabajadores suspendieron temporalmente sus actividades, denunciando que la reforma propone la remoción gradual de jueces sin tomar en cuenta sus opiniones. En Veracruz, el paro comenzará el 21 de agosto debido a la organización interna, pero el descontento es evidente con pancartas y llamados a la defensa de la autonomía judicial.
Los trabajadores del Poder Judicial están organizando sus protestas de manera que resalten la importancia de su rol y defiendan la independencia del poder judicial. Las manifestaciones reflejan una amplia preocupación sobre la reforma y su impacto en la justicia en México.
DJ