La plataforma de mensajería Telegram tiene cerca de 900 millones de usuarios y probablemente llegue a los mil millones en el próximo año, afirmó su director ejecutivo en una entrevista publicada este miércoles.
“Telegram se expande como un incendio forestal. Dos millones y medio de usuarios se inscriben cada día”, declaró el ruso Pavel Durov, cofundador de la plataforma junto a su hermano Nikolai, en una inusual entrevista, grabada en video, con el periodista estadounidense Tucker Carlson.
Según Pavel Durov, la gente aprecia “la independencia el respeto de la vida privada y la libertad” que les ofrece Telegram respecto a la competencia.
En el sistema de mensajería Telegram, las comunicaciones están cifradas de extremo a extremo. Su sede social se encuentra en Dubái y, con el tiempo, ha logrado imponerse frente a otras plataformas estadounidenses, criticadas por explotar mercantilmente los datos personales de sus usuarios.
Además, Telegram se comprometió a no revelar nunca informaciones sobre sus usuarios.
Según contó, a Pavel Durov se le ocurrió elaborar un sistema de mensajería encriptada por las presiones que recibió por parte de las autoridades rusas en la época de VK, una red social que creó en su país y que más tarde acabó vendiendo.
En 2014 abandonó Rusia y, según dijo en la entrevista, intentó establecerse en Berlín, Londres, Singapur y San Francisco. Al final, se decidió por Dubái porque le pareció propicio para hacer negocios, explicó, alabando la “neutralidad” de la ciudad-emirato.
“Creo que todos hacemos un buen trabajo con Telegram, con 900 millones de usuarios que probablemente superarán los mil millones de usuarios mensuales activos de aquí a un año”, afirmó.
En el emirato del Golfo, Telegram queda al margen de las reglas de moderación de los Estados, en momentos en que tanto la Unión Europea como Estados Unidos están presionando a las plataformas para que eliminen contenidos ilegales.
Sus grupos de conversaciones pueden albergar a hasta 200 mil usuarios y la plataforma ha sido acusada de aumentar el potencial viral de las informaciones falsas y la proliferación de contenidos promotores del odio, neonazis, pedófilos, complotistas y terroristas.