Renuncié a la SFP por presiones, dice Irma Eréndira Sandoval

La exsecretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, rompió el silencio sobre su salida de la dependencia, ocurrida hace tres años, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció su reemplazo por el entonces subsecretario de Fiscalización y Combate a la Corrupción, Roberto Salcedo Aquino.

En su más reciente libro, Corrupción estructural. La teoría del doble fraude y las raíces de la impunidad en México, Sandoval afirma que no se trató de una destitución, sino que ella presentó su renuncia debido a presiones, tanto fuera como dentro del propio gobierno.

Después de enumerar las acciones que llevó a cabo en los primeros tres años de la administración lopezobradorista, Sandoval afirma que “desgraciadamente, esta lucha contra la corrupción estructural tocó muchas fibras sensibles, y por más que impulsamos la ciudadanización del combate a la corrupción, las inercias burocráticas y la falta de voluntad política de ciertos actores del gobierno y de los poderes fácticos frenaron muchos de nuestros proyectos de combate a la corrupción y de transparencia democrática-expansiva”.

En el capítulo IV, titulado “Democracia revigorizada”, Sandoval detalla los resultados que comenzaban a dar las estrategias desplegadas por su equipo, tales como ciudadanización del combate a la corrupción y la impunidad, democratización de las tecnologías, protección a alentadores internos y externos de la corrupción, relanzamiento del servicio profesional de carrera, austeridad republicana, fiscalización y evaluación de la gestión pública.

Sin embargo, denuncia la exfuncionaria, los esfuerzos quedaron truncos por intereses oscuros. “Por desgracia, los logros y resultados de éstas y otras iniciativas orientadas a establecer límites al abuso del poder, terminar con el derroche de los recursos públicos y el tráfico de influencias, generaron molestia e inquina dentro y fuera del gobierno”, revela Sandoval en la página 179 del texto.

Y tres años después…

Durante la primera mitad del gobierno de López Obrador, Irma Eréndira Sandoval jugó un papel clave para cristalizar dos de las principales promesas de campaña del tabasqueño: la erradicación de la corrupción y la eliminación del dispendio en el gasto gubernamental.

Sandoval fue reclutada por López Obrador debido a su experiencia como fundadora y coordinadora del Laboratorio de Documentación y Análisis de la Corrupción y la Transparencia de la UNAM, además de que es experta en temas de fiscalización, corrupción, transparencia, leyes de acceso a la información y rendición de cuentas.

Su salida ocurrió el 21 de junio de 2021, cuando, a través de un video divulgado en redes sociales, López Obrador declaró que Sandoval “cumplió cabalmente” con el encargo, pero “ahora estamos entrando a una etapa nueva y vamos a llevar a cabo otras reformas, vamos a llevar a cabo una reforma administrativa y vamos a profundizar más en el combate a la corrupción, y en hacer un gobierno austero”.

A tres años de distancia de aquel evento, Sandoval arroja luz sobre los verdaderos motivos de su relevo. “Fui víctima de decenas de ataques viles y despreciables a través de campañas financiadas por políticos corruptos y poderes fácticos. En consecuencia, decidí presentar mi renuncia al Presidente”.

Sin dar nombres sobre los actores que obstaculizaron su trabajo al frente de la SFP, Sandoval explica que “no estaba dispuesta a que prevalecieran los peores intereses de la corrupción y el conservadurismo con su visión sectaria en el gobierno y que, después de que sembraron dudas sobre mi trabajo, me arrebataron la fortaleza que mantuve desde el principio para avanzar contra la corrupción y la impunidad”.

Las revelaciones de Sandoval ocurren a tres meses de que concluya la gestión del presidente López Obrador y a una semana de que se anunciara que Raquel Buenrostro, actual secretaria de Economía, será la nueva titular de la Función Pública en el futuro gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.

Al escribir en pasado y no en tiempo presente, Irma Eréndira apunta en su libro que “la autoproclamada Cuarta Transformación estaba obligada a no fallarle a la historia, a no fallarle a México ni a los mexicanos”.

Agrega que “ello hubiera significado no claudicar en el combate a la corrupción estructural para no perder su confianza, así como acabar con el abuso del poder privado y los conflictos de interés entre funcionarios y proveedores de gobierno que caracterizaron a administraciones pasadas, y que tanto daño le causaron al país”.

Sandoval insinúa extravío

Hacia el final del capítulo IV, en la página 180, Sandoval hace una referencia al libro Los Demonios, del autor ruso Fiódor Dostoyevski, con la que trata de ilustrar la necesidad de blindar las “ideas más elevadas y emancipadoras” de flaquezas morales y traiciones.

Sin especificar si por “elevadas ideas” se refiere al proyecto de gobierno del presidente López Obrador en conjunto o a la tarea específica de erradicar la corrupción, la académica cita:

“¡Oh, amigos míos! —exclamó inspirado—, no os podéis imaginar la tristeza y la rabia que se apoderan del alma cuando una idea elevada, venerada como cosa sagrada desde hace mucho tiempo, cae en manos de ineptos y es arrastrada por las calles, delante de necios como ellos, y la vemos de pronto expuesta almoneda, desfigurada, presentada de una forma ridícula, de través, sin proporción, sin armonía, como el juguete de unas criaturas estúpidas”.

Ya sea que se refiera al gobierno en general o al proyecto de combate a la corrupción en particular, la cita de Sandoval sugiere que los objetivos originales se deformaron.

“En nuestros tiempos —continúa la cita de Dostoyevski en el texto de Sandoval, quien parece hacer referencia al primer tramo del gobierno— estas cosas no ocurrían, y no era esto a lo que aspirábamos. No, no, ni mucho menos. Todo me resulta ajeno… (pero) volverán aquellos tiempos y otra vez guiarán por la senda segura a los que ahora andan perdidos”.

NM