Si eres asalariado y tu sueldo te lo depositan periódicamente en una cuenta bancaria, entonces eres candidato a recibir un crédito de nómina, es decir, un préstamo que el banco te hará y que te cobrará mediante descuentos de tus pagos.
El crédito de nómina es uno de los más tentadores debido a las ventajas que ofrece, entre ellas el no tener que contar con aval ni dejar algún bien o prenda en garantía para que el banco te otorgue el préstamo.
Sin embargo, debes tener cuidado y no tramitar este tipo de créditos sólo porque sea fácil acceder, pues, como dice el dicho, también “tiene sus bemoles”.
Sigue estos consejos para evitar adquirir un compromiso de este tipo o para conducirte de menor manera si ya decidiste hacerlo, de tal forma que tu situación financiera no se vea tan comprometida.
1 ¿En verdad lo necesitas? Hazte no tres, sino diez veces esta pregunta antes de aceptar un crédito de nómina, pues aceptarlo equivaldrá a ver reducido tu salario por mucho tiempo y eso puede afectar severamente tu economía.
2. Busca alternativas. Dicen los expertos en finanzas que un crédito -de cualquier tipo- debe ser siempre la última solución. Esto quiere decir que antes de optar por un préstamo debes haber descartado otras opciones para obtener ese dinero extra que necesitas, como vender algo o pedir prestado a una persona de confianza.
3. Revisa condiciones. Si ya decidiste que sí necesitas el crédito, revisa las condiciones que ofrece el banco en el que tienes tu nómina. Esto lo puedes checar en la página de la Condusef. Si no te satisface, tienes la opción de migrar tu cuenta de nómina a otro banco y luego tramitar tu crédito.
4. Lee bien el contrato. No firmes documentos de manera mecánica, por firmar. Lee bien el contrato relacionado con tu crédito de nómina, para que estés consciente de los plazos y condiciones y de los descuentos en caso de que de pronto tengas dinero y puedas liquidar tu préstamo en una sola exhibición.
5. Que sea a tasa fija. Asegúrate de conocer la tasa de interés que el banco te cobrará cada mes y solicita que ésta sea fija, para que siempre pagues lo mismo y que el banco no te venga con “sorpresas” a la mera hora y te cobre de más. Recuerda que el banco tomará de tu sueldo lo que le corresponde, por lo que no podrás dejar de pagar.
6. Sólo lo que necesitas. Aunque el banco te diga que tienes un techo muy elevado para pedir tu crédito, limítate a solicitar exclusivamente lo que necesitas. No olvides que este tipo de créditos deben ser para solventar alguna necesidad, no para financiarte, pues a la larga ocurrirá todo lo contrario, pagarás más de lo que pediste.
7 Cuida tu capacidad de pago. Otra forma de evitar que colapse tu situación financiera por pedir un crédito es checar que los pagos quincenales o mensuales que harás vía descuento no excedan tu capacidad de pago, es decir, según expertos, que esa cantidad no sea superior al 35 por ciento de tus ingresos por periodo.
8. Ojo con cobros adicionales. Suele ser común que al tramitar este tipo de créditos los ejecutivos te “siembren” servicios o productos como seguros con un sinfín de conceptos, que casi nunca sirven, pero que te generan un gasto adicional, del cual muchos no se dan ni cuenta. Por eso, insistimos, lee bien el contrato.
9. Pide un calendario. Exígele al ejecutivo del banco que te atendió que te entregue un calendario de pagos con fechas específicas, contadas a partir de tu primer descuento y hasta el último. Y cada quincena revisa que tu descuento corresponda a lo establecido en este calendario.
10. Ignora a las sirenas. Y… uno muy importante: no escuches el canto de las sirenas. Es muy común que cuando ya estás a punto de terminar de pagar, lleguen a tu móvil y a tu correo mensajes del banco en los que te “felicitan” por pagar a tiempo -aunque en realidad te lo descontaron- y te dicen que como recompensa, tienes preautorizado un nuevo crédito. No lo aceptes, pues de hacerlo contraerás nuevos compromisos en donde el único que ganará será el banco.
NM